MADRID.- Un equipo de investigadores españoles,
dirigidos por el profesor de Investigación del Centro Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Investigación del
Cáncer de Salamanca (CIC-IBMCC), Xosé R. Bustelo, han descubierto que la proteína R-Ras2 es capaz de frenar el crecimiento del cáncer de mama y su metástasis hacia el pulmón.
La proteína estudiada, que ya fue descubierta hace 20 años y fue "olvidada" por parte de los investigadores, es "muy parecida" a los miembros de la familia Ras, quienes suelen mutar y estar implicados en el desarrollo del cáncer.
Este hecho fue el que hizo sospechar a los expertos de que R-Ras2
podría tener también un papel fundamental en el desarrollo de tumores.
Una hipótesis que ha sido confirmada en el trabajo ya que, tras
analizar a diversos modelos experimentales en ratón, se demostró que si
se inhibe se consigue frenar el crecimiento de los tumores de mama y
bloquear el desarrollo de metástasis en el pulmón. "Lo que hemos
demostrado es que esta proteína puede ser una buena diana terapéutica
porque su inhibición no causa ningún daño a las células sanas y es
efectiva para frenar el crecimiento de los tumores mamarios", ha señalado Bustelo.
Además, los expertos han demostrado que la eliminación de esta
proteína afecta por igual al desarrollo y propiedades metastásicas de
los dos subtipos más frecuentes de tumores de mama, los conocidos como
Her2 positivos y los triple negativos, y que son los más difíciles de
tratar a nivel clínico debido a su alta malignidad.
Del mismo modo, se ha mostrado que la inactivación crónica de esta
proteína puede dar lugar a la aparición de fenómenos de resistencia en
tumores de mama a muy largo plazo, un problema habitual en la práctica
clínica y que da lugar a la generación de tumores resistentes a las
terapias aplicadas o, alternativamente, a la recurrencia de los mismos
tras la finalización de los tratamientos antitumorales. En este
sentido, los investigadores han identificado también los mecanismos
moleculares por los que se produce dicha resistencia.
"Hemos descubierto cómo se regulan algunos procesos de
resistencia, mostrando que la proteína que hemos estudiado juega un
papel fundamental en los mismos. Ahora bien, no podemos olvidar que el
cáncer tiene múltiples alteraciones genéticas y que tenemos que bloquear
varios caminos, por lo que nuestra diana sólo podrá ser tratada con la
combinación de otros tratamientos", ha apostillado Bustelo.
Y es que, tal y como ha reconocido este experto, hasta dentro de
unos 15 años no se va a poder utilizar esta terapia de forma
generalizada en la población. Estas declaraciones han sido
también corroboradas por el profesor de Investigación del CSIC en el
Centro de Biología Molecular 'Severo Ochoa' de Madrid, Balbino
Alarcón, quien ha avisado de que este hallazgo "no es la diana mágica"
contra el cáncer aunque sí puede ayudar a contribuir a mejorar la
esperanza de vida de los pacientes.
"No podemos perder la idea de que es una investigación básica,
pero esperamos que ayude a seguir investigando ya que nuestro trabajo va
a ser de anticipo a lo que pueda ocurrir en un futuro", ha apostillado
Alarcón.
De hecho, en un trabajo previo realizando conjuntamente
por ambos doctores se demostró que la eliminación de esta proteína en
ratones sanos no inducía ningún efecto colateral o enfermedad,
lo que sugiere que futuras terapias basadas en la inactivación de la
ruta de R-Ras2 no darán lugar a efectos colaterales perniciosos en
pacientes.
A partir de ahora, queda por abordar el desarrollo de fármacos que
bloqueen de manera específica esta proteína, y conocer si la
desactivación de la misma puede contribuir a frenar otros tipos de
tumores. "Usando estrategias similares a las del actual estudio hemos
visto que esto no es así en algún tipo de tumor como el de piel o colon,
pero sí hay resultados positivos preliminares en otros tipos como es el
caso de los linfomas", ha zanjado Bustelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario