MADRID.- El cáncer de próstata es el tumor más común
entre los hombres, explica el jefe de Servicio de Cirugía Urológica del Cancer Center Madrid, el doctor Carlos Núñez, quien recuerda
que, siempre que se detecte en fases localizadas, el porcentaje de curación supera el 90 por ciento.
"Afortunadamente la mayoría de los casos se diagnostican
en fases localizadas", explica con motivo de la
celebración este miércoles del Día Mundial del Cáncer de Próstata, quien
recuerda que este tumor se produce cuando las células de la próstata crecen y se multiplican sin control, dañando el tejido circundante e interfiriendo en la función normal de la próstata.
Esto ocurre en países desarrollados de un modo variable en entre
80 y 170 casos por cada 100.000 varones; en el caso de España, "aunque
hay un retraso en la edad de diagnóstico", la media es baja ya que se
encuentra en 85 casos por cada 100.000 varones, lo que hace estimar una
incidencia que ronda los 20.000 a 22.000 nuevos casos al año.
"El cáncer empieza a afectar partir de los 50 años,
por debajo de esa edad es raro aunque algún caso hay, sobre todo en
personas con antecedentes familiares que sí predispone en edades
inferiores", explica. En estos casos, sobre todo si se ha detectado en
padre o hermano, la recomendación es acudir a realizarse una prueba de
cribado a partir de los 45 años.
La media de diagnóstico se encuentra en torno a los 60 años
en países del entorno, sin embargo en España se encuentra en los 69
años, no obstante cada vez más son los que se realizan una prueba de
cribado (prueba del antígeno prostático específico (PSA)), que "están
bastante establecidos", lo que ha permitido "un aumento del diagnóstico
precoz y unas mejores probabilidades de tratamiento".
No se puede hablar de síntomas que ayudan a detectar el cáncer de
próstata, ya que "en fases incipientes no da síntomas", sin embargo sí
se pueden producir cambios que son detectados por el paciente derivados
por el crecimiento de la próstata por la edad (hiperplasia benigna de
próstata) que deben llevar al hombre a acudir al urólogo.
"Todo varón con síndromes prostáticos debe hacerse una revisión,
aunque en realidad el caballo de batalla es cómo diagnosticamos a los
pacientes muy precozmente cuándo realmente no tienen
síntomas", explica.
Por tanto, hay que acudir en los casos de sufrir dolor o escozor
al orinar; incapacidad para orinar o dificultad para comenzar a hacerlo;
necesidad frecuente o urgente de orinar; dificultad para vaciar la
vejiga por completo; sangre en la orina o el semen; y dolor continuo en
la región lumbar, la pelvis o los muslos.
La presencia de estos síntomas ha de llevar a los varones a buscar
una evaluación médica, con tacto rectal (TR) de la próstata y
determinación de PSA en suero, por parte de un urólogo u otro médico.
Como cualquier otro cáncer, en la próstata también se
pueden producir recidivadas aunque su desarrollo y evolución variará en
función del tumor inicial y el tratamiento aplicado. Aquí, hay
que tener en cuenta que el tratamiento de elección que más cura es la
cirugía, "al quitar la próstata el riesgo de recidivas en enfermedad
localizada es mucho menor, en las demás técnicas en las que queda la
próstata 'in situ' hay más riesgo de recaída a largo plazo".
El problema, continúa, "es que en la cirugía se producen mayores
efectos secundarios por eso en cada caso hay que hablarlo detenidamente
con el paciente y ver qué tratamiento se adecua mejor a la edad del
paciente, sus características clínicas y a las características del
paciente".
"En cáncer de próstata el café para todos no vale,
hay que hacer un diagnóstico y un tratamiento muy personalizado",
destaca como clave en la atención de estos pacientes, junto con aumentar
las herramientas que ayuden a prever la progresión de la enfermedad de
forma suficientemente oportuna para evitar demoras peligrosas del
tratamiento.
En los últimos años se han desarrollado diferentes sistema de
localización espacial que vienen a solventar los problemas que existían
con la prueba de PSA", que solo da un diagnóstico de sospecha y obligaba
a realiza una biopsia que, por otro lado, se hacía mediante un mapeo de
la próstata aleatorio, sin una localización precisa.
Ahora, nuevos sistemas permiten identificar con mayor precisión dónde está el tumor y aplicar tratamientos menos agresivos. "Hace unos año será impensable hacer un tratamiento focal
(crioterapia o ultrasonidos) a una zona concreta, cada vez se ven
mejores resultados aunque en pacientes muy seleccionados con un tumor
muy focalizado", afirma Núñez.
A la hora de hablar de nuevas terapias y tratamientos, Núñez
destaca los avances en el cáncer de próstata localizado y en el
avanzado. En el caso del primero, recuerda, existen los tratamientos
clásicos, como son la braquiterapia prostática, la radioterapia externa y
la cirugía.
En el caso de la cirugía, destaca el abordaje por vía laparoscópica que "permite una mejor visión, mejor conservación de la potencia sexual, mejor continencia, he incluso mejores resultados oncológicos que la cirugía clásica, es menos agresiva y más segura sobre todo en los casos que tenemos un conocimiento preciso de la localización del tumor".
La revolución que va a haber en los próximos años respecto al
cáncer de próstata, va a ser en los tratamiento focales, es decir
localizar el tumor dentro de la próstata y hacer un tratamiento sobre
ese tumor para reducir las secuelas de incontinencia y disfunción
eréctil que ahora siguen siendo bastante importantes con cualquier tipo
de terapia.
En cuanto a los tratamientos, "ha habido muchísimos cambios en estos cinco años en el cáncer de próstata".
En lo últimos años han salido moléculas como la enzalutamida, un
fármaco que bloquea el receptor androgénico - responsable de muchos
tipos de estos cánceres- y evita la proliferación de esta células
cuando ya no responden a la terapia hormonal normal.
"Esto nos abre unas perspectivas de mejora en pacientes con
tumores avanzados que ya no responden al tratamiento hormonal normal",
afirma el doctor Núñez, quien junto con su equipo han tenido la
oportunidad de ratificar las conclusiones del trabajo publicado por la
revista 'The New England Journal Medicine' sobre esta nueva molécula, que ya han probado en 20 pacientes.
Los resultados del estudio PREVAIL en fase III sobre enzalutamida
muestran pospone hasta 28 meses el inicio de la quimioterapia - un
factor clave para mantener la calidad de vida de los hombres con cáncer
de próstata avanzado - y alarga la supervivencia de los pacientes que
han participado en el estudio hasta los 35-40 meses.
"La mejoría en estos pacientes ha sido bastante considerable y es
un fármaco que nos abre unas perceptivas que no teníamos antes", añade.
Actualmente se puede utilizar en postquimioterapia, es decir en
pacientes que ya han abandonado la quimioterapia -"donde también ha
demostrado una mejoría de la supervivencia que es muy importante"-- pero
ahora el paso es intentar darlo antes de la quimioterapia para aumentar
la calidad de vida y retrasar la aplicación de la misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario