NUEVA YORK.- Un estudio demuestra que una dieta
reducida en carbohidratos es mejor para adelgazar y reducir el riesgo
cardiovascular que la dieta reducida en grasa.
Con la orientación nutricional adecuada, la autora principal,
la doctora Lydia Bazzano, de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans,
asegura que la gente puede adelgazar mejor y reducir los factores de
riesgo de la enfermedad coronaria con la dieta reducida en
carbohidratos.
Los carbohidratos se encuentran en los alimentos e incluyen el azúcar, la fibra y los almidones que le dan energía al cuerpo. Algunos, como los de los cereales integrales y las frutas, son más saludables que los del pan blanco y otros alimentos procesados.
El equipo de Bazzano publica en Annals of Internal Medicine que las dietas reducidas en carbohidratos se popularizaron en los últimos años, pero los estudios sobre sus efectos cardiovasculares revelaron resultados contradictorios.
Los autores reunieron a 148 hombres y mujeres obesos de entre 22 y 75 años, sin cardiopatías o diabetes. Al azar, durante un año, la mitad hizo una dieta reducida en carbohidratos y la otra mitad, otra baja en grasa.
No tenían que modificar la actividad física durante el estudio.
Los participantes asistieron a reuniones para aprender a controlar las porciones y a comer saludablemente. Podían reemplazar una comida con un batido o una barrita.
La única diferencia entre los grupos fue la proporción de carbohidratos y grasa en la alimentación. Los usuarios de la dieta reducida en carbohidratos no podían superar los 40 g/día de carbohidratos digeribles (carbohidratos totales menos fibras totales). El otro grupo no podía consumir más del 30 por ciento de las calorías diarias de grasa ni más del 55 por ciento de carbohidratos.
Cuatro de cada cinco participantes seguían haciendo la dieta a los 12 meses.
En ese período, los usuarios de la dieta reducida en carbohidratos perdieron más peso y grasa corporal que el otro grupo. La diferencia en el peso entre los grupos fue de 4 kg.
Además, no se detectó un aumento del colesterol total o el LDL en los grupos. Para Bazzano, es una buena noticia porque algunos aseguran que la dieta reducida en carbohidratos eleva los niveles de colesterol.
Los usuarios de la dieta reducida en carbohidratos tenían menos grasa circulante en sangre y menos riesgo de sufrir un ACV o un infarto en los próximos diez años que el otro grupo.
"Es un hallazgo sorprendente", dijo Bazzano. Agregó que la escala que predice el riesgo de sufrir un infarto o un ACV en los próximos años se aplicó después de finalizar el estudio y que su resultado no es tan fiable como otros factores de riesgo evaluados.
El doctor David Jenkins, del Departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Toronto y del Centro de Investigación Keenan del Hospital St. Michael, y que no participó del estudio, dijo: "Con esto no podemos decirle a la gente que coma toda la carne que quiera para reducir el consumo de carbohidratos. Esa es apenas una forma de hacerlo".
Consideró, en cambio, que los participantes mejoraron la alimentación al consumir productos con grasas más saludables, como las nueces, además de aumentar la fibra y reducir los alimentos procesados con más carbohidratos.
Los carbohidratos se encuentran en los alimentos e incluyen el azúcar, la fibra y los almidones que le dan energía al cuerpo. Algunos, como los de los cereales integrales y las frutas, son más saludables que los del pan blanco y otros alimentos procesados.
El equipo de Bazzano publica en Annals of Internal Medicine que las dietas reducidas en carbohidratos se popularizaron en los últimos años, pero los estudios sobre sus efectos cardiovasculares revelaron resultados contradictorios.
Los autores reunieron a 148 hombres y mujeres obesos de entre 22 y 75 años, sin cardiopatías o diabetes. Al azar, durante un año, la mitad hizo una dieta reducida en carbohidratos y la otra mitad, otra baja en grasa.
No tenían que modificar la actividad física durante el estudio.
Los participantes asistieron a reuniones para aprender a controlar las porciones y a comer saludablemente. Podían reemplazar una comida con un batido o una barrita.
La única diferencia entre los grupos fue la proporción de carbohidratos y grasa en la alimentación. Los usuarios de la dieta reducida en carbohidratos no podían superar los 40 g/día de carbohidratos digeribles (carbohidratos totales menos fibras totales). El otro grupo no podía consumir más del 30 por ciento de las calorías diarias de grasa ni más del 55 por ciento de carbohidratos.
Cuatro de cada cinco participantes seguían haciendo la dieta a los 12 meses.
En ese período, los usuarios de la dieta reducida en carbohidratos perdieron más peso y grasa corporal que el otro grupo. La diferencia en el peso entre los grupos fue de 4 kg.
Además, no se detectó un aumento del colesterol total o el LDL en los grupos. Para Bazzano, es una buena noticia porque algunos aseguran que la dieta reducida en carbohidratos eleva los niveles de colesterol.
Los usuarios de la dieta reducida en carbohidratos tenían menos grasa circulante en sangre y menos riesgo de sufrir un ACV o un infarto en los próximos diez años que el otro grupo.
"Es un hallazgo sorprendente", dijo Bazzano. Agregó que la escala que predice el riesgo de sufrir un infarto o un ACV en los próximos años se aplicó después de finalizar el estudio y que su resultado no es tan fiable como otros factores de riesgo evaluados.
El doctor David Jenkins, del Departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Toronto y del Centro de Investigación Keenan del Hospital St. Michael, y que no participó del estudio, dijo: "Con esto no podemos decirle a la gente que coma toda la carne que quiera para reducir el consumo de carbohidratos. Esa es apenas una forma de hacerlo".
Consideró, en cambio, que los participantes mejoraron la alimentación al consumir productos con grasas más saludables, como las nueces, además de aumentar la fibra y reducir los alimentos procesados con más carbohidratos.
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