MADRID.- La glucosa es el combustible
que utilizan las células y se necesita de una hormona fabricada por el
páncreas, que es la insulina, para que la glucosa se introduzca en las
células y se metabolice. El equilibrio en este mecanismo es esencial
para evitar la aparición de la diabetes.
La OMS define la
diabetes como una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no
produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente
la insulina que produce.
Según explica a Infosalus el doctor Juan Girbés, Especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia),
los estudios de prevalencia muestran que aproximadamente el 43 % de los
casos están sin diagnosticar. Eso se debe a que al principio no da
síntomas y la evolución es lenta, diagnosticándose en general de forma
casual en una revisión laboral o una analítica rutinaria.
Girbés
apunta que las campañas de cribado o diagnóstico precoz que se
realizan, sobre todo en los centros de salud, por los médicos de
atención primaria, están consiguiendo reducir el número de casos no
diagnosticados, y se está demostrado que el tratamiento más precoz
previene y retrasa las complicaciones crónicas de la diabetes.
El doctor Girbés presenta a Infosalus las cuestiones más importantes que necesitamos conocer sobre la diabetes tipo 2:
1. ¿Qué es la diabetes tipo 2?
En
el caso de la diabetes tipo 2 hay una ineficacia de las células para
usar la insulina, que se compensa inicialmente con una sobreproducción
de insulina por el páncreas, y cuando el páncreas no puede compensarlo
es cuando aparece la diabetes, manifestada con aumento de la glucosa en
la sangre.
"El estudio Di@bet.es mostró que la
prevalencia de diabetes es del 13,8% a partir de los 18 años. Sin
embargo no es igual de frecuente en todas las edades, aumentando la
frecuencia con la edad. A partir de los 60 años más del 25 % de las
personas tienen diabetes tipo 2", aclara Girbés.
2. ¿Qué hace diferente a la diabetes tipo 2?
Aunque
existen una variedad de tipos de diabetes, para contestar a esta
cuestión hay que distinguir entre los tipos más importantes por su
frecuencia:
* Diabetes tipo 1, es más
frecuente en jóvenes y se debe a la destrucción de las células beta del
páncreas, las que fabrican la insulina. Estos pacientes necesitan ser
tratados con insulina desde el principio.
* Diabetes tipo 2,
es la típica diabetes del adulto. Se inicia con pocos síntomas e
inicialmente no suele precisar insulina. Se asocia a antecedentes
familiares de diabetes y a la obesidad, sobre todo la de predominio
abdominal. En general se trata con antidiabéticos orales, aunque con el
tiempo puede precisar insulina para su control.
* Diabetes gestacional,
se inicia en el embarazo y en general se resuelve tras el parto aunque
estas mujeres tienen más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2
posteriormente.
3. La obesidad aumenta el riesgo de diabetes tipo 2
Hay
otros factores de riesgo importantes, como por ejemplo la
predisposición genética y la edad. Pero es la obesidad el factor de
riesgo más importante que se puede modificar con la alimentación y
modificaciones del estilo de vida.
El exceso de grasa
abdominal es lo que más se relaciona con la presencia de diabetes tipo
2. "La grasa acumulada en el abdomen induce unas alteraciones
metabólicas que se acompañan de una mayor resistencia a la acción de la
insulina, de tal modo que la misma insulina no es capaz de controlar la
glucosa y se produce la hiperglucemia, que la principal manifestación
analítica de la diabetes tipo 2", comenta el doctor.
4. Otros factores de riesgo de la diabetes tipo 2
Hay
otros factores como el sedentarismo, que también se asocia a un mayor
riesgo de diabetes tipo 2. La práctica regular de ejercicio está
demostrado que reduce la incidencia de diabetes y también que facilita
el control de la diabetes y del exceso de peso.
Además
hay otros factores de riesgo cardiovascular que se suelen asociar y que
es conveniente vigilar como el tabaquismo, la hipertensión y la
dislipemia. "Aunque es importante controlar estos factores de riesgo en
todos los pacientes, en el caso de aquellos con diabetes cobran especial
importancia", afirma Girbés.
5. Cómo afecta a tu salud la diabetes tipo 2
En
realidad no hay ningún órgano del cuerpo que quede libre del efecto
perjudicial de la hiperglucemia. La diabetes tipo 2 puede presentar
complicaciones en los ojos (retinopatía diabética), en los riñones
(nefropatía diabética), los nervios (neuropatía diabética) y en los
vasos sanguíneos (en forma de arteriosclerosis, infarto de miocardio y
accidente cerebrovascular).
"Lo que sucede es que estas
complicaciones se instauran lentamente, de ahí la importancia del buen
control desde el principio, y de la detección precoz de esas
complicaciones", señala Girbés que añade que sobre todo es muy
importante conocer que el riesgo cardiovascular de las personas con
diabetes es algo más del doble que el de las personas sin diabetes.
6. Reconocer la prediabetes y prevenir la diabetes tipo 2
La
prediabetes es la fase previa a la diabetes que informa que la persona
tiene muchas posibilidades de tener diabetes. En general se define este
concepto por la existencia de alteraciones analíticas de la glucosa, que
están por encima de los valores de normalidad, pero sin llegar a los
valores que se dan en la diabetes. Se considera prediabetes si en ayunas
la glucosa está entre 100 y 125 mg/dl, o si tras una sobrecarga oral de
glucosa la glucemia está entre 140 y 199 mg/dl.
La
diabetes tipo 2 se puede prevenir evitando la obesidad y teniendo una
actividad física moderada. "Esto es especialmente importante en aquellas
personas de más riesgo, como los que presentan antecedentes familiares
de diabetes, las mujeres que han tenido diabetes gestacional o los que
presentan glucemias en el límite, que es la prediabetes", comenta el
especialista.
La recomendación general es realizar una alimentación equilibrada y cardiosaludable. Es importante el control de la cantidad de hidratos de carbono
de absorción rápida (azúcar, dulces, zumos, etc.) y la limitación de
las grasas saturadas (carnes rojas, embutidos, bollería, etc.). Se debe
estimular el consumo de frutas, vegetales, legumbres, cereales
integrales y lácteos desnatados. El aceite de oliva, preferiblemente
virgen extra, debería ser la principal fuente de grasa por su calidad
nutricional, pero también son recomendables los frutos secos o las
aceitunas, todo ello recordando la necesidad de limitar el consumo de
grasas.
7. Controlar la enfermedad a través del conocimiento
La
diabetes tipo 2 puede controlarse en sus fases más precoces con medidas
higiénico-dietéticas (dieta y ejercicio), pero en general suele
precisar fármacos, en el inicio orales pero con el tiempo es muy
frecuente que se precise insulina inyectable.
"Es muy
importante evitar la inercia terapéutica, que consiste en retrasar las
intervenciones terapéuticas, en unas ocasiones por parte del médico y en
otras por parte del paciente", apunta Girbés, que como ejemplo señala
que en ocasiones cuando no va bien el paciente no se modifica el
tratamiento pensando que se van a intensificar las medidas de estilo de
vida y con ello se suceden las visitas.
"La mejor manera de controlar la enfermedad es que el propio paciente participe en ese control,
para lo cual es imprescindible la educación diabetológica", afirma el
especialista. El paciente debe estar instruido en las modificaciones de
dieta y estilo de vida, y también en las consecuencias del buen o mal
control de la enfermedad.
"Para la adecuada educación diabetológica, que sería una parte de la llamada educación terapéutica,
es necesaria la participación de enfermería. Dentro del tratamiento de
la diabetes la educación es parte esencial y así debemos considerarlo
desde el principio, como una parte más del tratamiento, al igual que las
pastillas o la dieta", concluye Girbés.
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