MADRID.- Más de 7.000 personas desarrollan un cáncer de páncreas cada año en España,
con una mortalidad estimada para 2018 de 7.279 fallecimientos. Así, es
el noveno tumor en frecuencia en España y, sin embargo, debido a su alta
letalidad, supone la tercera causa de muerte por cáncer, según detalla la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) dentro de su campaña de comunicación ‘En Oncología cada avance se escribe con Mayúsculas’.
Con motivo del Día Mundial de esta enfermedad, que se celebra este
jueves 15 de noviembre, la iniciativa tiene como objetivo dar a conocer
la evolución y los avances médicos que se han sucedido en estas últimas
décadas en el tratamiento de este tumor.
“En los últimos años se ha observado un incremento en la incidencia
de esta enfermedad, posiblemente debido al envejecimiento poblacional,
al aumento en la prevalencia de obesidad y a otros factores aún
desconocidos. El cáncer de páncreas ha sido una neoplasia genéticamente
muy compleja y heterogénea, resistente de forma inherente a la mayor
parte de las terapias convencionales. Sin embargo, en los últimos años se están logrando importantes avances en todos los estadios de la enfermedad“, explican desde SEOM.
Uno de los aspectos “más importantes” ha sido el avance en la caracterización molecular del cáncer de páncreas.
“La identificación de los genes más frecuentemente mutados (KRAS,
CDKN2A, TP53 y SMAD4), la identificación de dianas moleculares
potenciales como las traslocaciones de ALK, presentes hasta en un 1,3
por ciento de los pacientes menores de 50 años, así como el
reconocimiento del impacto de las mutaciones BRCA1/2 o la expresión de
hENT1, que podría predecir la respuesta a gemcitabina al menos en el
contexto adyuvante, han sido cruciales para una mejor comprensión de la
enfermedad”, detallan.
Otro aspecto novedoso “importante” que destacan es “el reconocimiento del impacto del microambiente tumoral, especialmente el del tejido estromal, no sólo como barrera que impide el acceso del tratamiento al tumor, sino como freno corporal para la diseminación tumoral”.
“Por otra parte, también se han logrado grandes avances en el campo
de la inmuno-oncología, si bien aún no disponemos de tratamientos
directamente aplicables a este tipo de tumor. De nuevo, el microambiente
tumoral es crucial en el cáncer de páncreas, y la presencia de células
mieloides, macrófagos asociados al tumor y monocitos que supriman al
sistema inmune, podría tener implicaciones terapéuticas en el futuro,
especialmente en combinación con los inhibidores del punto de control”,
añaden.
Así, junto con otros avances, aseguran que en las últimas décadas, “a pesar de que no se hayan producido mejorías en supervivencia tan llamativas como en otros tumores“, se han comenzado a identificar señales que indican mejoras en los tratamientos de estos pacientes.
“Un mayor porcentaje de pacientes logran ser intervenidos, se ha
reducido el porcentaje de cortos supervivientes en la última década de
un 63,5 a un 50,6 por ciento y, sobre todo, ha aumentado el porcentaje
de largos supervivientes de un 4,9 a un 12,7 por ciento. Es decir,
aunque las mejoras son discretas, estos pequeños avances están
produciendo un beneficio muy significativo en la supervivencia y la
calidad de vida de los pacientes, y muy probablemente lo sigamos viendo
en los últimos años. Así, la participación de los pacientes en ensayos
clínicos es probablemente una de las mejores opciones terapéuticas en
cualquier momento de la enfermedad”, concluyen.
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