NUEVA YORK.- A lo largo de los últimos años, diversos científicos han apuntado a una hipótesis poco conocida sobre el origen del Alzheimer: según su teoría no sería sólo una enfermedad, sino una infección. Ahora, un nuevo estudio publicado en Science Advances refuerza esa teoría y lo hace vinculando esa enfermedad degenerativa con un origen inesperado: una enfermedad en las encías.
Jan
Potempa, microbiólogo de la Universidad de Louisville, ha descubierto
‘Porphyromonas gingivalis’ en el cerebro de pacientes fallecidos de
Alzheimer. Se trata del patógeno que provoca la periodontitis crónica, conocida como enfermedad de las encías, y no es la primera vez que ambas enfermedades se asocian, ya que un estudio de 2010 ya valoró esa posibilidad.
Se han llevado a cabo experimentos con ratones, en los que se
provocaban infecciones orales con el patógeno, que condujeron a que las
bacterias llegaran al cerebro y que éste produjera el péptido beta amiloide (Aβ), la proteína asociada con el Alzheimer.
Los científicos creen que aún no han descubierto el origen de esta
enfermedad degenerativa, pero están convencidos de que esta línea de
investigación es importante.
Stephen Dominy, que coordina la investigación a través de la farmacéutica Cortexyme, asegura a Science Alert
que "los agentes infecciosos han estado implicados en el desarrollo y
la progresión del Alzheimer antes, pero la evidencia de la causalidad no
había sido convincente. Ahora, por primera vez, tenemos pruebas sólidas que conectan el patógeno intracelular P. gingivalis y la enfermedad de Alzheimer".
La importancia de la boca
Los investigares no se quedaron ahí e identificaron enzimas tóxicas llamadas gingipainas en el cerebro de pacientes con Alzheimer. Pero, además, también encontraron esas gingipainas en cerebros de personas fallecidas que no fueron diagnosticadas con Alzheimer.
Hasta
ahora, el patógeno Porphyromonas gingivalis y el Alzheimer se habían
relacionado pero no se sabía si la enfermedad de las encías provoca
Alzheimer o si es la demencia la que conduce a un cuidado bucal
deficiente.
Ahora, el hecho de encontrar gingipainas en personas que
nunca fueron diagnosticadas de Alzheimer podría sugerir que podrían haber desarrollado la enfermedad si hubieran vivido más tiempo.
Los autores de la investigación aseguran en su estudio que "nuestra
identificación de antígenos de gingipaina en los cerebros de personas
con enfermedad de Alzheimer y también con patología de esta enfermedad
pero sin haber sido diagnosticados de demencia, sostiene que la
infección cerebral con Porphyromonas gingivalis no es el resultado de una atención dental deficiente después del inicio de la demencia o una consecuencia de la enfermedad, sino un evento temprano que puede explicar la patología encontrada en personas de mediana edad antes del deterioro cognitivo".
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