SHANGHÁI.- El jefe del comité de
expertos de COVID-19 en Shanghái, el doctor
Zhang Wenhong, advirtió de la “alta probabilidad” de que se produzca una
segunda oleada de contagios a nivel internacional durante el próximo
otoño.
En una entrevista publicada este miércoles por el diario digital privado Caixin,
Zhang muestra su convencimiento de que es “poco probable” que la
pandemia del coronavirus termine este verano, y pronostica que durará
“hasta el año que viene”.
“(Los brotes en) Europa y Estados Unidos no se han contenido de
manera efectiva por ahora. Sin embargo, en África, Sudamérica y la
India, donde la economía está menos desarrollada y los recursos médicos
son insuficientes, los nuevos casos han aumentado de forma exponencial,
lo que añade una gran incertidumbre a la lucha global contra la
epidemia”.
El
también director del departamento de enfermedades infecciosas del
hospital universitario shanghainés de Huashan agrega: “Suponiendo que se
pudiera contener (el brote actual) en tres o cuatro meses, sería a
finales de verano”.
Preguntado por las defensas de China ante ese posible segundo rebrote
en el extranjero, Zhang reclama que, aunque “ahora no haya más casos de
contagio local, no nos podemos relajar”. “En cuanto el sistema se descuide podría haber casos no detectados“, añade.
A
este respecto, el médico no solo pide a las autoridades fronterizas
y sanitarias y a las comunidades que se mantengan alerta sino también a
la comunidad empresarial: “Los negocios que vuelvan a funcionar deben
cerciorarse de que sus trabajadores guardan distancia social“.
“China está ahora bajo control y tenemos confianza. Sin embargo, el
surgimiento de una segunda oleada de contagios en otros países
significará que nos veremos sometidos a una gran presión para prevenir y
controlar los casos importados. China tiene que prepararse para un
segundo pico de contagios importados con el objetivo de prevenir una
segunda oleada (a nivel local)”, añade.
La dificultad a corto plazo para China, indica el experto, es
reanudar la actividad económica mientras se trata de evitar un rebrote.
Zhang
cita el ejemplo de las restricciones a las conexiones aéreas con el
extranjero: “No pueden durar para siempre. Cuando los brotes en Europa y
EE.UU. estén a priori bajo control, la aviación global volverá a
activarse poco a poco”.
El líder del comité shanghainés cree, no obstante, que las
restricciones chinas no pueden acabar totalmente con el riesgo de
importación de contagiados debido a la existencia de casos asintomáticos
o de pruebas que den falsos negativos.
“El sistema de control de enfermedades tiene que hacer un seguimiento
de todas las personas que hayan tenido contacto con pacientes de
COVID-19, sin que haya ningún punto ciego”, exige.
Por último, preguntado acerca de las diferentes tasas de letalidad
del coronavirus en distintos países, Zhang explica que depende de las
prioridades de cada gobierno en la realización de pruebas y en el
tratamiento de los pacientes.
“Si un país prioriza a los pacientes graves en las pruebas y
tratamiento, su tasa de letalidad será más alta. En un país donde las
pruebas son más comunes y hay muchos pacientes leves detectados y
puestos bajo cuarentena, la tasa será más baja”, indica.
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