MADRID.- El Grupo de expertos Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y
Microbiología Clínica (SEIMC) para el análisis del diagnóstico
microbiológico del Covid-19 expone en un documento que, tras conocer los
primeros estudios realizados en pacientes, “existe evidencia
científica para pensar que un elevado número de los pacientes con
Covid-19 desarrollan anticuerpos protectores”, concretamente señalan que aproximadamente podría ser el 70 por ciento.
“Esto no deja de ser una estimación, es una enfermedad que llevamos
cuatro meses conociendo y la información sobre la producción de
anticuerpos es muy escasa”, aclara a Europa Press la doctora Esther
Calbo, portavoz de la SEIMC, quien recuerda que la información
que hay actualmente sobre el covid-19 es “dinámica”, y, por tanto, hay
que “contextualizarla” teniendo en cuenta los datos que existen.
De todos modos, en caso de que algunos pacientes desarrollen
anticuerpos protectores no todos tendrán la misma inmunidad frente a
este coronavirus. “La inmunidad dependerá de varios factores”,
explica la doctora Calbo, quien destaca que la capacidad de armar una
respuesta inmune del sujeto que padece la infección depende entre otros
factores de su edad, sus patologías previas o el tipo de infección.
“No es homogéneo, no todos tenemos la misma capacidad de montar una
respuesta inmune. Hay pacientes asintomáticos que han sufrido la
infección sin desarrollar síntomas y en este grupo todavía nadie ha
mirado cuál es su respuesta”, advierte la experta.
Entonces, a la pregunta de si las personas con anticuerpos frente a
SARS-CoV-2 están inmunizadas, “la información de la que disponemos hace
pensar que lo más probable es que los anticuerpos sean neutralizantes,
es decir que realmente eviten la infección”, señala remarcando que no
es más que su opinión, ya que aún hay que analizar múltiples factores y
actualmente se dispone de poca información.
El mismo documento de la SEIMC advierte de que la posibilidad de
inmunización en los pacientes debe de tomarse con precaución cuando se
traslada a la población en general y a los diferentes colectivos,
incluyendo los profesionales sanitarios. Principalmente, es en el de los
profesionales sanitarios donde entienden que deben ser más
“prudentes”, sobre todo a la hora de recomendar la ubicación de los
profesionales en función del resultado de los test serológicos
y, por ello, es recomendable mantener el principio de la utilización de
los EPI y de control de infección para todos sus integrantes pese a los
resultados de los test serológicos.
La estimación de la SEIMC se basa en dos estudio. El primero,
publicado en ‘Nature’, donde se consiguieron muestras secuenciales de
suero en 9 pacientes después de dos semanas del inicio de los síntomas,
todos mostraron anticuerpos neutralizantes, con títulos que no
sugirieron ninguna correlación con el curso clínico. Un segundo estudio,
aún en fase preliminar, ha observado que el setenta por ciento de los
pacientes analizados- de un total de 175- mostraron títulos altos de
anticuerpos neutralizantes (AcN).
Con la evidencia científica disponible actualmente, señala con
cautela la experta, los estudios apuntan a la cifra de un 70 por ciento
de pacientes con anticuerpos protectores, pero, apostilla, “cuando se hagan estudios con miles de pacientes podremos dar ese porcentaje que todos deseamos conocer”.
Por qué se cree en la protección frente a la reinfección
El desarrollo de la inmunidad a un patógeno a través de una infección
natural es un proceso de varios pasos que generalmente se lleva a cabo
durante 1-2 semanas. El cuerpo responde a una infección viral de
inmediato con una respuesta innata no específica en la que los
macrófagos, los neutrófilos y las células dendríticas ralentizan el
progreso del virus e incluso pueden evitar que cause síntomas.
Esta respuesta no específica es seguida por una respuesta adaptativa donde el cuerpo produce anticuerpos que se unen específicamente al virus. Estos
anticuerpos son proteínas llamadas inmunoglobulinas. El cuerpo también
produce células T que reconocen y eliminan otras células infectadas con
el virus. Esto se llama inmunidad celular. Esta respuesta adaptativa
combinada puede eliminar el virus del cuerpo y, si la respuesta es lo
suficientemente fuerte, puede prevenir la progresión a una enfermedad
grave o la reinfección por el mismo virus.
Hay que tener en cuenta que el sistema inmunitario puede
neutralizar los virus bloqueando la penetración o decapsidación del
virus o agregando partículas del vírus. Estos procesos previenen la infección posterior pero no eliminan el ácido nucleico, que se degrada lentamente con el tiempo.
Si al realizar un test se detectan anticuerpos IgG, lo que se indica
es que hay respuesta de linfocitos T (que son los que coestimulan a los
linfocitos B en la producción de anticuerpos). “Está respuesta de
linfocitos T se acompaña hasta el momento en todos los virus de la
familia del SARSCoV-2 de una respuesta citotóxica por parte de estos”,
lo que podría es un primer apoyo a la posibilidad de que haya
anticuerpos protectores.
Pasaporte de inmunidad ¿Sí o no?
Algunos gobiernos, y en el caso de España, algunas Comunidades
Autónomas, han sugerido que la detección de anticuerpos contra el
SARS-CoV-2, podría servir como base para un ‘pasaporte de inmunidad’ o
‘certificado libre de riesgos’ que permitiría a las personas viajar o
volver a trabajar asumiendo que están protegidos contra la reinfección.
Sin embargo, actualmente, como señala la SEIMC y organismos
Internacional como la Organización Mundial de la Salud (OMS), no hay
evidencia de que las personas que se hayan recuperado de COVID-19 y
tengan anticuerpos estén protegidas de una segunda infección. Y si no
hay evidencia clara, el problema es que si las población asume que es
inmune a una segunda infección porque han recibido un resultado positivo
pueden ignorar los consejos de salud pública. Por lo tanto, tal y como
señala la OMS, “el uso de dichos certificados puede aumentar los riesgos de transmisión continua”.
La doctora admite que en este momento hay dos corrientes de
pensamiento, una a favor del ‘carnet inmunológico’ y otra en contra,
dentro de la que ella se posiciona. La suya es una corriente “un poco
más cautelosa” que apoya un mayor conocimiento de los test serológicos
antes de “pontificar” que un paciente positivo se un paciente
inmunizado. “Hay que determinar muy bien la especificidad y sensibilidad
de cada metodológicas antes de poder llegar a conclusiones firme frente
individuos particulares”, afirma.
“Dado que los test se están validando a día de hoy, no conocemos bien
del todo su sensibilidad, ya que está dando falsos negativos, ni su
especificidad, que hace referencia a que da falsos positivos. Su
especificidad es poco conocida porque no hemos hecho estudios con
sueros de pacientes con otros coronavirus endémicos que circulan en
invierno y nos causa un resfriado común. Puede ser que un
resultado positivo traduzca una exposición a otro coronavirus. Esto que
es biológicamente posible no lo hemos estudiado”, amplia la experta.
La SEIMC, en colaboración con el Centro Nacional de Microbiología,
está recabando información sobre las validaciones que se han realizado
en los diversos laboratorios de microbiología clínica de hospitales
españoles con la finalidad de disponer de un repositorio con información
fácilmente accesible de datos de sensibilidad y especificidad de
diversos kits de detección de anticuerpos.
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