lunes, 14 de marzo de 2011

Dejar de fumar, adelgazar y hacer ejercicio, los tres retos del paciente coronario frente al riesgo cardiovascular

Dejar de fumar, adelgazar y hacer ejercicio son los tres retos del paciente coronario a la hora de abordar el riesgo cardiovascular. Esa es la conclusión a la que han llegado los expertos que participaron en las 'II Jornadas de Prevención Cardiovascular: Avanzando en el Control del Riesgo Cardiovascular', celebradas en el Hospital Universitario La Paz de Madrid.

   Tras un síndrome coronario agudo, entre un 5 y un 10 por ciento de los pacientes vuelve a fumar en los días siguientes al alta y cerca de la mitad recae a los seis meses. Más del 75 por ciento de las personas que sufren un evento cardiovascular son obesas o tienen sobrepeso.
   Sobre el tabaquismo, la responsable de la consulta de Tabaquismo de la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardíaca de este hospital madrileño, Regina Dalmau, dice que supone un enorme reto porque se trata de "una adicción no sólo psicológica, sino también biológica, que causa una verdadera dependencia física y mental, siendo el síndrome de abstinencia el principal motivo de recaída en las primeras semanas".
   Dice que las personas a las que les resulta más complicado dejar de fumar tras sufrir un infarto son "aquellas que más paquetes de tabaco se fuman al año y más cigarrillos al día, a los que se inician a edades más jóvenes, a los que tienen cuadros ansiosos-depresivos y a los que tienen otras dependencias, como el alcohol, la cocaína o el hachís". Según su experiencia, dice, recaen más las mujeres.
   Señala que, aunque parezca sorprendente, "a veces a los pacientes no se les explica el peso que tiene el tabaco como factor de riesgo cardiovascular y los beneficios de no fumar, aunque en la mayoría de las ocasiones, aunque se explique, siguen fumando o se recae por ser un trastorno adictivo crónico".
   Con estos pacientes se aborda el tabaquismo desde el ingreso hospitalario, ya que se puede iniciar farmacoterapia previa al alta, se programa un seguimiento, se remiten a Unidades de Rehabilitación Cardíaca o Unidades de Tabaquismo y por último se establece una colaboración con Atención Primaria para optimizar el cumplimiento adecuado de la terapia.
   Por otra parte, la coordinadora de la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardíaca del Hospital La Paz, Almudena Castro, asegura que adelgazar es otro gran reto para los pacientes coronarios, "sobre todo a partir de los 50 ó 60 años, porque para perder peso no vale sólo con comer menos, también hay que hacer ejercicio". Además, dice, "hay que tener en cuenta que muchos pacientes que están dejando de fumar pueden ganar algunos kilos en los primeros meses".
   Esta especialista afirma que un 44 por ciento de los hombres y un 29 por ciento de las mujeres mayores de 18 años tiene sobrepeso, mientras que un 18,6 por ciento de los varones y un 15,6 por ciento de las mujeres sufre obesidad. "Ambos trastornos son más frecuentes en las personas de mayor edad y se debe principalmente a la falta de ejercicio y una dieta inadecuada", explica.
   Tras sufrir un síndrome coronario agudo, la dieta que hay que seguir no debe ser diferente a la de cualquier otra persona que desee adelgazar: tiene que ser hipocalórica y baja en colesterol. "Más del 90 por ciento de los pacientes coronarios logra comer de forma saludable, pero para perder kilos hay que reducir las calorías de la dieta y eso les resulta mucho más complicado", apunta.
    "El 75 por ciento de los pacientes que sufren un síndrome coronario agudo lleva una vida sedentaria, por lo que es necesario destacar que cualquier ejercicio aeróbico, o su combinación con el anaeróbico, es válido y beneficioso para prevenir los accidentes cardiovasculares", señala. En cuanto a la regularidad, dice, "entre 30 y 45 minutos diarios está bien, aunque si no se alcanza, cuantos más días y más minutos, mejor, lo que cada uno pueda, lo importante es hacerlo".
   Por otra parte, durante estas jornadas, la cardióloga de la Unidad de Imagen del Servicio de Cardiología del Hospital La Paz, Gabriela Guzmán, abordó el tema de la grasa pericárdica como predictor del riesgo cardiovascular.
   "La grasa epicárdica es un depósito de grasa visceral del corazón y se sabe desde hace tiempo, pero ha sido recientemente cuando ha empezado a cobrar importancia como posible factor de riesgo cardiovascular relacionado con la intolerancia a la glucosa, la hipertensión arterial y la severidad de la aterosclerosis coronaria", señala.
   "Esta grasa visceral se puede analizar con ecocardiografía, resonancia magnética o tomografía computerizada, con la ventaja de que ninguno de estos tres métodos es invasivo", concluye.

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