Un grupo de cancerólogos lanzó este viernes un llamamiento para que se conserven las células madre de la sangre de los obreros que trabajan en la accidentada central nuclear de Fukushima, como medida de precaución en caso de exposición a niveles mortales de radiación.
Los especialistas del cáncer de cuatro hospitales japoneses precisaron, en una carta al semanario británico The Lancet, que sería recomendable conservar células madre de los centenares de obreros que intentan desde el sismo y el tsunami del 11 de marzo evitar una catástrofe nuclear en la central, situada en el noreste de Japón.
La técnica utilizada consiste en extraer células madre de la sangre que circula en el cuerpo humano. Estas pueden luego ser trasplantadas en algunos tratamientos de cánceres para favorecer la producción de nuevas células en los pacientes cuyos tumores son eliminados por radioterapia.
Los equipos presentes en Fukushima trabajan en condiciones sumamente peligrosas para la salud, tratando de extraer agua radiactiva del sitio y buscando reparar el sistema de enfriamiento de los tres reactores accidentados, según los cancerólogos.
"El cierre completo de esos reactores tomará años. El riesgo de una exposición accidental a las radiaciones se aumenta de esta forma para los obreros y conservar las células de su sangre será por ello más importante", explicaron los médicos.
La carta está firmada por un equipo de cinco médicos dirigido por Tetsuya Tanimoto, de la Fundación Japonesa para la Investigación sobre el Cáncer, y Shuichi Taniguchi, del Hospital Toranomon, ambos de Tokio.
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