viernes, 15 de abril de 2011

Los padres jóvenes tienen complicado llevar una vida saludable

A los padres jóvenes que viven la vorágine del día a día, no les sorprenderán los resultados de un nuevo estudio: tener niños pequeños puede hacer que sea más difícil mantener hábitos de ejercicio y una dieta saludable. 
 
Más de 1.500 adultos jóvenes estadounidenses fueron consultados para este estudio, publicado en la revista Pediatrics, que reveló que los padres de niños menores de 5 años generalmente hacen menos ejercicio físico que las personas sin hijos.
La investigación también demostró que las madres tenían en particular hábitos alimenticios menos saludables que sus congéneres sin niños.
"Aunque muchas conductas alimentarias eran las mismas entre padres y no padres, las madres informaron de un mayor consumo de bebidas azucaradas, calorías totales y un mayor porcentaje de grasas saturadas comparadas con las mujeres sin hijos", escribió la directora del estudio, Jerica Berge, de la Escuela de Medicina de la University of Minnesota en Minneapolis.
"Tanto las madres como los padres realizaban menor cantidad de actividad física que aquellos que no eran padres", añadió.
De los participantes, con 25 años de media, 149 tenían un hijo, en la mayoría de los casos un bebé.
De media, los padres realizaban menos ejercicio que sus congéneres sin hijos. Las madres informaron de menos de 2,5 horas de actividad moderada a vigorosa por semana, frente a una media de algo más de tres horas entre las mujeres sin niños.
Los padres hacían menos de 5,5 horas semanales de ejercicio, frente a las casi siete horas entre los hombres sin hijos.
De la misma forma, la falta de tiempo y energía aumentaría la dependencia de la comida de "rápida resolución", que suele tener más calorías y grasa, como los bocadillos de queso o pollo.
En lo que se refiere a la dieta, los padres no diferían de otros hombres. Pero las madres realizaban una ingesta diaria media de unas 400 calorías más que las mujeres sin hijos, bebían más bebidas azucaradas y consumían algo más de grasas saturadas.
Las mujeres con niños también solían pesar un poco más que las que no tenían hijos, aunque la mayoría de las madres había dado a luz durante el último año, lo que hace que ese sobrepeso se debiera al embarazo.

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