El estado funcional del sistema inmunitario de un individuo revela su edad biológica y la velocidad a la que envejece, así como su longevidad, que están condicionados en un 75 por ciento por factores relacionados con la calidad de vida --como el estrés, la dieta o el ejercicio-- y en un 25 por ciento por la genética.
Así lo ha destacado la doctora Mónica de la Fuente, catedrática de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), quien ha participado en el II Encuentro Científico en Investigación en Inmunología, celebrado este miércoles en Madrid, en vísperas del Día Mundial de la Inmunología, que se celebra el próximo 29 de abril.
"El estado funcional de nuestro sistema inmunitario es el mejor indicador de nuestra salud y el que marca la edad biológica, que es la que determina la velocidad a la que estamos envejeciendo y por tanto, nuestra longevidad", ha señalado esta experta, que ha estudiado el fenómeno en ratones y en humanos.
Según explica, el objetivo de los experimentos fue conocer el comportamiento de diferentes parámetros de las células inmunitarias con la edad. En ratones, que viven una media de dos años, estudiaron esos parámetros durante toda su vida y en personas se han hecho diversos estudios transversales en las últimas décadas.
"Los resultados demostraron que en ambos casos, había una misma evolución de las funciones analizadas en los leucocitos y en individuos (ratones) que tenían esos parámetros prematuramente envejecidos morían antes, así como que los animales que llegaban a longevos y las personas centenarias mantenían esos parámetros con valores de adultos", anota.
Dice la doctora De la Fuente que "podemos actuar sobre nuestra edad biológica siguiendo buenos hábitos y estilos de vida". "La edad biológica está en un 75 por ciento condicionada por la calidad de vida y el 25 por ciento restante por la genética. Por ello es muy importante reforzar el sistema inmunitario con hábitos de vida saludables que incluyan una alimentación equilibrada, la práctica de ejercicio moderado y evitar hábitos tóxicos como el tabaco o el exceso de alcohol".
Sin embargo, el sistema inmunitario no sólo está detrás del proceso de envejecimiento o la longevidad. Sus trastornos pueden provocar enfermedades como enfermedades autoinmunes altamente prevalentes, como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la diabetes tipo 1, la Enfermedad de Crohn o la celiaquía. Se trata de enfermedades que afectarían a un 4 por ciento de la población general.
Asimismo, sus problemas están relacionados con las alergias (10%), con la inmunodeficiencia congénita (1%), los trasplantes de órganos y con ciertos tipos de cáncer. Según el doctor José Ramón Regueiro, catedrático de Inmunología de la UCM, son muchas las enfermedades relacionadas con la inmunología, pero son muchas más "las patologías con base inmunológica que nos quedan aún por descubrir".
"En las últimas décadas se han hecho muchos avances en el estudio del sistema inmunitario. Cada vez conocemos más y cuanto más avanzamos, más lagunas de conocimiento aparecen sobre este tema. Por ello, es necesario realizar más investigación básica antes de empezar a investigar en humanos", señala este experto, para quien, en esta disciplina, "aún estamos en pañales".
Regueiro dice que la secuenciación del genoma "ha ayudado mucho" al avance en investigación en este campo y que "cada vez se aplica más inmunoterapia al cáncer", una enfermedad en la que el papel del sistema inmune está aún por aclarar y en la que se está investigando la posibilidad de estimular a este sistema para que pueda identificar la presencia de células tumorales en el organismo y eliminarlas.
Donde ya se están viendo los resultados de la investigación en Inmunología es en el estudio de la Enfermedad de Crohn, donde los estudios de la doctora Alison Simmons, profesora de Gastroentereología y experta en Inmunología innata y enfermedades inflamatorias de la Universidad de Oxford (Reino Unido), han descubierto los mecanismos moleculares por los que las variantes en el gen NOD2 confieren a un paciente la susceptibilidad de desarrollar esta patología.
"El NOD2 actúa en una serie de vías distintas y una en la que creemos que puede estar actuando es en la autofagia. Si comprendiéramos la base molecular por la que transmite las señales el NOD2 para inducir esa autofagia podríamos desarrollar marcadores diana para corregir el defecto que causa en la mucosa intestinal la Enfermedad de Crohn", expone la investigadora, quien señala que han fármacos que pueden activar la autofagia que han tenido éxito en pacientes muy graves, pero que generan graves efectos secundarios, por lo que es necesario hallar nuevas fórmulas.
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