Investigadores de la Universidad Carolina de Praga, en Reino Unido, aseguran que un sencillo análisis de sangre puede ayudar a predecir el riesgo de desarrollar problemas con la glándula tiroides de algunas mujeres después de tener un hijo.
Así se desprende de las conclusiones de un estudio presentado en el último Congreso Europeo de Endocrinología, que ha mostrado que esta prueba de diagnóstico precoz ayuda a detectar uno de cada tres casos pese a no presentar síntomas, un hallazgo con importantes implicaciones tanto para la salud de estas gestantes como para la de sus bebés.
En este estudio, dirigido por la doctora Eliska Potlukova, se realizó un seguimiento de cerca de 200 mujeres desde las primeras etapas de su embarazo, de las que la mitad no presentaba ningún síntoma que alertase de algún problema con el tiroides.
Sin embargo, en todas ellas se encontró un marcador en sangre que sugería un riesgo futuro que, dos años más tarde del nacimiento de su bebé, se constató en un tercio de estas mujeres.
En virtud de estos datos, Potlukova reconoce en declaraciones a la BBC, recogidas por Europa Press, que decenas de mujeres podrían ser diagnosticadas precozmente de los problemas de tiroides que puedan desarrollar en el futuro.
"Si una mujer en edad fértil está pensando en quedarse embarazada, debe visitar a su médico de cabecera o ginecólogo para que se le mida su función tiroidea y se constate el riesgo de que ésta se deteriore", ha reconocido esta experta.
Actualmente, esta prueba sólo se realiza en algunos países, como Reino Unido, pero sólo en aquellas mujeres con antecedentes familiares o problemas previos. Es más, en Estados Unidos se rechazó en 2006 ante la falta de evidencia científica de entonces.
Por su parte, la portavoz del Royal College de Comadronas, Sue Jacobs, ha destacado que este estudio "aporta evidencias de lo importante que pueden ser estos análisis", si bien "es necesario realizar nuevos estudios antes de promover este cribado de forma universal".
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