Un nuevo tratamiento para un subconjunto de pacientes de ictus, que combina cirugía minimamente invasiva, técnicas de imagen ligadas similares a contar con un 'GPS para el cerebro' y el anticoagulante t-PA, parece ser seguro y efectivo.
Así lo ha demostrado un ensayo clínico multicéntrico dirigido por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, y presentado por primera vez esta semana en la Conferencia Europea de Ictus celebrada en Hamburgo (Alemania).
Este nuevo tratamiento fue desarrollado para pacientes con hemorragia intracerebral (ICH), un sangrado en el cerebro que causa un coagulo en el tejido cerebral. Este coagulo aumenta la presión y filtra sustancias químicas inflamatorias que pueden causar daño cerebral irreversible, que puede genera muerte o discapacidad.
El tratamiento usual para la ICH, tanto cuidados paliativos generales como control de la presión sanguínea y ventilación --que se considera el tratamiento estándar-- como cirugías invasivas --que implican eliminar partes del cráneo para quitar el coagulo-- tienen tasas similares de mortalidad, que van desde el 30 hasta el 80 por ciento, en función del tamaño del coagulo.
Para mejorar estas tasas de mortalidad y la calidad de vida de estos pacientes, el profesor de Neurología de la Universidad Johns Hopkins Daniel Hanley y su equipo desarrollaron y probaron un nuevo tratamiento en 60 pacientes de 12 hospitales en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Alemania. Después compararon sus resultados con los de 11 pacientes que recibieron sólo cuidados paliativos.
Después de que los neurólogos diagnosticaran a los pacientes en el grupo de tratamiento con ICH en estos hospitales, los cirujanos taladraron hoyos del tamaño de una moneda pequeña en los cráneos de los pacientes cercanos a la localización del coagulo.
Con un 'software' de alta tecnología neuro-navegacional que proporciona imágenes detalladas del cerebro, los médicos ensartaron catéteres a través de esos hoyos directamente en los coagulos. Usaron estos catéteres para suministrar por goteo t-PA en el coagulo durante hasta tres días a una de dos dosis: 0.3 miligramos o 1 miligramo cada ocho horas.
Los investigadores descubrieron que el tamaño del coagulo en pacientes tratados con ambas dosis se encogía en más del doble, en comparación con sólo el 1 por ciento en pacientes que recibieron sólo cuidados paliativos.
La comparación de los escáneres CT diarios mostró que los pacientes en los grupos de tratamiento cuyos catéteres fueron situados de la forma más adecuada a través de la parte más larga del coagulo presentaron la más efectiva reducción del tamaño del tumor.
Aquellos pacientes del grupo de tratamiento y del grupo de cuidados paliativos tenían una mortalidad de un 10 por ciento 30 días después del tratamiento, una tasa más baja que la clásica tasa de mortalidad alta esperada para esta condición.
Después de seguir a estos pacientes durante seis meses, los investigadores descubrieron que los pacientes tratados conseguían puntuaciones significativamente mayores en un test que medía la habilidad para funcionar en la vida diaria, en comparación aquellos que sólo recibieron cuidados paliativos.
En general, Hanley dice que el nuevo tratamiento parece ser una alternativa viable y prometedora al actual tratamiento estándar de cuidados paliativos o la cirugía invasiva.
"Estamos confirmando que los pacientes se recuperan mejor si eliminamos la mayor cantidad de coagulo posible, pero su eliminación por métodos más suaves parece ser la clave", ha señalado, apuntando también que reducir el tamaño del coagulo con un método minimamente invasivo es "fundamental para optimizar la recuperación del paciente".
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