Investigadores de la Universidad Uppsala, en Suecia, han constatado que, aunque cantidades moderadas de calcio --que estarían entorno a los 700 miligramos al día-- son vitales para mantener sanos los huesos, no es necesario comenzar a incrementar la ingesta de calcio para reducir el riesgo de sufrir fracturas u osteoporosis en la edad adulta. El trabajo se publica en 'bmj.com'.
Cuando las personas envejecen, sus huesos pierden calcio y aumenta su riesgo de sufrir fracturas y osteoporosis, sobre todo en el caso de las mujeres. Además de ser causa de sufrimiento a nivel individual, las fracturas son un enorme agujero en los bolsillos de los servicios sanitarios en todo el mundo.
Con el envejecimiento poblacional, esta carga se incrementará en los próximos años. Por ello, prevenir es un importante asunto de salud pública, según apuntan los autores de este trabajo, liderado por la investigadora Eva Warensjö, de la Universidad Uppsala.
La importancia de aumentar la ingesta de calcio para compensar su pérdida ha sido un tema de debate durante mucho tiempo y todavía no hay consejos claros en este sentido.
Esta situación se refleja en el amplio abanico de recomendaciones de ingesta diaria de calcio que se dan a las pacientes a partir de los cincuenta, que en Reino Unido en la actualidad es de 700 miligramos, en Escandinavia de 800 miligramos y de 1.200 en Estados Unidos.
Con el objetivo de investigar los vínculos entre la ingesta de calcio a largo plazo y el riesgo de fracturas, los autores de este trabajo revisaron datos de un gran estudio poblacional realizado sobre mujeres suecas en el año 1987.
Unas 61.433 mujeres nacidas entre 1914 y 1948 participaron en el 'Swedish Mammography Study' y de ellas, 5.022 participaron en un grupo más pequeño perteneciente a una sub-investigación.
Todas las participantes recibieron seguimiento durante 19 años. En este tiempo, 14.738 (24%) mujeres tuvieron su primera fractura y de ellas, 3.871 (6%) sufrieron su primera fractura de cadera. El 20 por ciento del subgrupo tenía osteoporosis.
Los investigadores utilizaron una serie de cuestionarios para conocer mejor los cambios en la dieta de las participantes y en particular, sus ingestas de calcio y el uso de suplementos y multivitaminas.
Estas mujeres proporcionaron también información sobre su estatus menopausal, si utilizaban o no terapia de estrógenos post-menopausia, su peso, altura, hábitos tabáquicos, cuánta actividad física realizaban y su nivel de educación.
Los resultados demostraron que las mujeres tenían el riesgo más bajo de sufrir fracturas cuando consumían alrededor de 750 miligramos de calcio diarios. Sin embargo, el riesgo de fracturas en mujeres que comenzaron a aumentar su ingesta de calcio no descendió.
Hay algunas evidencias de que una alta ingesta de calcio puede incrementar la tasa de fracturas de cadera, aunque los autores de este trabajo advierten de que estos resultados deben ser interpretados con precaución.
Los investigadores concluyen diciendo que, mientras que bajos niveles de ingesta de calcio --menos de 700 miligramos diarios-- aumentan el riesgo de fracturas y osteoporosis, no hay necesidad de comenzar a elevar este consumo por encima de esta cantidad, ya que este aumento no reduce el riesgo de fractura u osteoporosis.
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