Médicos Sin Fronteras (MSF) ha presentado los resultados preliminares de un estudio llevado a cabo en Níger en el que se observó que la mortalidad infantil se reducía a la mitad (50%) tras la distribución de suplementos nutricionales de alto valor nutritivo, según los datos presentados en la reunión del G8 en Deauville (Francia).
Los datos del estudio ponen de manifiesto la necesidad de que los responsables políticos den a los alimentos de alta calidad nutricional un papel preponderante en los programas de salud infantil, especialmente en zonas con altas tasas de desnutrición.
Y es que, según recuerdan desde MSF, la desnutrición debilita el sistema inmunológico, exponiendo a los niños a un mayor riesgo de muerte por otras enfermedades, como malaria, infecciones respiratorias y diarreas.
El estudio se realizó en 2010 durante una crisis alimentaria y nutricional aguda en Níger, y contó con la colaboración de la organización local FORSANI (Forum Santé Niger), consiguiendo la mayor distribución de suplementos nutricionales de la historia con el objetivo de prevenir la desnutrición en la primera infancia.
En concreto, entre julio y diciembre se suministraron raciones de alimentos suplementarios preparados, ricos en leche, minerales y vitaminas, para un periodo de entre tres y seis meses a unos 150.000 niños (la mayoría entre los 6 meses y los 2 años de edad), en cinco distritos de las regiones de Tahoua, Maradi y Zinder.
Algunos de estos niños también recibieron raciones de protección (principalmente cereales y harinas enriquecidas) proporcionadas por el Programa de Alimentación Mundial (PAM). En las áreas de distribución también se dispensó asistencia pediátrica para enfermedades comunes en los niños, como son la malaria y la desnutrición aguda.
Posteriormente, se realizaron encuestas mensuales entre una cohorte de varios miles de niños residentes en las zonas de distribución, al tiempo que todos pasaban controles para detectar signos de desnutrición y otras enfermedades.
Del mismo modo, los niños que requerían atención médica eran referidos a estructuras de salud del país en las que trabajaban MSF y sus contrapartes.
A través de estas encuestas se observó que la tasa de mortalidad era un 50 por ciento menor entre los niños que habían recibido alimentos especialmente creados para cubrir las necesidades nutricionales de los niños en edad de crecimiento.
En concreto, en el distrito de Madarounfa (región de Maradi) se observó que la tasa de mortalidad entre los niños que habían recibido alimentos enriquecidos era de 2,2 muertes por cada 10.000 niños al día, mientras que las muertes entre los niños que no habían recibido suplementos nutricionales eran de 5,3 por cada 10.000 niños al día.
En el distrito de Guidan Roumji (también en Maradi), las tasas de mortalidad fueron de 1,1 por 10.000 niños al día, frente a 2,5 por 10.000 niños al día, mientras que en la ciudad de Mirriah (región de Zinder), las tasas fueron respectivamente de 1,2 y de 3,2 por cada 10.000 niños al día.
"Proporcionar a los niños alimentos nutritivos de calidad ha sido uno de los principios básicos del éxito de los programas de lucha contra la desnutrición y de reducción de la mortalidad infantil en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos, junto a otras actividades médicas como son los programas de vacunación", declara la doctora Susan Shepherd, asesora nutricional de MSF.
De hecho, recuerda que países como México, Tailandia, Estados Unidos y muchas naciones europeas han reducido con éxito la desnutrición y la mortalidad en la primera infancia mediante programas que aseguran el acceso de bebés y niños, incluso de las familias más pobres, a alimentos nutritivos como la leche y los huevos.
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