El Grupo de Inestabilidad Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIO) ha finalizado el desarrollo de dos nuevas moléculas con propiedades anticancerosas que actúan inhibiendo la quinasa ATR, cuya diana son las mutaciones del gen p53, muy frecuentes en diferentes tipos de cáncer.
Según informa la revista ´Nature Structural and Molecular Biology´, el director de esta investigación, Óscar Fernández-Capetillo, ha colaborado con el Programa de Terapias Experimentales del CNIO, que dirige Joaquín Pastor, ya que estos habían descrito previamente que los niveles reducidos de esta quinasa eran partícularmente tóxicos para células que carecían del gen p53.
Basándose en esta observación, la hipótesis con la que trabajaban era que inhibidores de ATR podrían ser particularmente eficientes para matar células con mutaciones en p53.
En concreto, la relevancia de esta idea es que la pérdida de p53 es muy frecuente en cáncer, lo que se asocia en muchos casos a la pérdida de respuesta del tumor a muchas de las estrategias genotóxicas que se usan en quimioterapia.
Así, y tras tres años de trabajo en los que han participado los investigadores de su grupo Luis I. Toledo, Matilde Murga, Rafal Zür y Rebeca Soria, el grupo consiguió identificar varias moléculas capaces de inhibir de manera muy potente a ATR.
Estudios ´in vitro´ han demostrado que, efectivamente, estas moléculas son particularmente tóxicas para células que carecen de p53, pero también para células que portan otras mutaciones cancerosas como la sobreexpresión de ciclina E.
De hecho, uno de los compuestos que se ha identificado (NVP-BEZ235), está siendo actualmente testado en ensayos clínicos para el tratamiento del cáncer, pero se desconocía que su efecto podría estar mediado por la inhibición de ATR.
En la actualidad, el grupo está explorando las posibilidades de trasladar estas ideas a ensayos clínicos y preclínicos con la ayuda del Programa de Investigación Clínica del CNIO, dirigido por el Manuel Hidalgo.
Además de este trabajo, el grupo ya dispone de datos en modelos animales de que esta estrategia es "muy eficiente" para el tratamiento de algunos tumores.
Basándose en esta observación, la hipótesis con la que trabajaban era que inhibidores de ATR podrían ser particularmente eficientes para matar células con mutaciones en p53.
En concreto, la relevancia de esta idea es que la pérdida de p53 es muy frecuente en cáncer, lo que se asocia en muchos casos a la pérdida de respuesta del tumor a muchas de las estrategias genotóxicas que se usan en quimioterapia.
Así, y tras tres años de trabajo en los que han participado los investigadores de su grupo Luis I. Toledo, Matilde Murga, Rafal Zür y Rebeca Soria, el grupo consiguió identificar varias moléculas capaces de inhibir de manera muy potente a ATR.
Estudios ´in vitro´ han demostrado que, efectivamente, estas moléculas son particularmente tóxicas para células que carecen de p53, pero también para células que portan otras mutaciones cancerosas como la sobreexpresión de ciclina E.
De hecho, uno de los compuestos que se ha identificado (NVP-BEZ235), está siendo actualmente testado en ensayos clínicos para el tratamiento del cáncer, pero se desconocía que su efecto podría estar mediado por la inhibición de ATR.
En la actualidad, el grupo está explorando las posibilidades de trasladar estas ideas a ensayos clínicos y preclínicos con la ayuda del Programa de Investigación Clínica del CNIO, dirigido por el Manuel Hidalgo.
Además de este trabajo, el grupo ya dispone de datos en modelos animales de que esta estrategia es "muy eficiente" para el tratamiento de algunos tumores.
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