El estrés al que está expuesto el bebé durante el embarazo podría acelerar su futuro envejecimiento, según las investigaciones del jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Óscar Fernández-Capetillo, que este miércoles se ha alzado con el VI Premio Banc Sabadell a la Investigación Biomédica, dirigido a jóvenes científicos.
En un encuentro con los medios, el investigador vasco de 36 años ha ceñido esta posibilidad al estrés al que se ven sometidas las células durante su división, que nunca es más abundante que durante la gestación, ha relatado Fernández-Capetillo.
El joven investigador ha centrado su carrera en explicar el papel del daño en el ADN durante el cáncer y el envejecimiento, partiendo de la base de que este daño en el material genético es posiblemente la característica universal más presente entre los tumores, y probablemente la causa última del envejecimiento de los seres vivos.
De hecho, en el laboratorio, el científico ha logrado desarrollar junto a su equipo modelos de estrés replicativo en ratones, a los que ha inhibido la proteína encargada de evitar errores genéticos en la división del ADN, y estos ratones han experimentado parámetros de envejecimiento muy precoz, ya que normalmente viven dos años, y a los dos meses tenían un aspecto extremadamente envejecido.
Con todo, el origen de este daño en el ADN de la célula tendría lugar durante la gestación, que es cuando más división celular se produce por la formación del ser humano, y una vez nacido este daño celular permanecería en las células de los órganos.
El estrés metabólico de las embarazadas provoca altos posibilidades de sufrir estrés metabólico a su bebé, ha señalado el científico, que ha evidenciado la "muy interesante" ventana que se abre con estas tesis, que abre la puerta a que suprimir problemas durante el embarazo podría evitar un daño celular.
No obstante, ha significado que estas argumentaciones deberán verse validadas con una investigación en marcha en modelos animales que quiere demostrar que un tratamiento, a base de dosis de proteínas favorables a evitar un estrés celular, constata que se puede retrasar el envejecimiento.
Los tumores acumulan un mayor estrés replicativo que el resto de células sanas del organismo, por lo que su equipo investiga una fórmula para inhibir la respuesta que provoca el estrés replicativo en modelos animales y en algunos tumores.
Ello abre una estrategia terapéutica a explorar, que Fernández quiere llevar a cabo de la mano de investigadores clínicos para combatir tumores de una forma personalizada.
Un total de 31 investigadores se han presentado para ganar el premio, dotado de 50.000 euros, y que ha contado con un jurado presidido por el reconocido investigador Josep Baselga, jefe del Departamento de Oncología y director asociado del Centro de Cáncer del Hospital de Massachussetts, el ganador del premio 2010, Eduard Batlle, la directora del CNIO, Maria Blasco y el catedrático de la Universidad de Oviedo Carlos López-Otin, entre otros.
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