Investigadores del Centro Médico de la Universidad de Monash, en Melbourne (Australia), aseguran que la tóxina botulínica o bótox que se utiliza habitualmente para las operaciones estéticas faciales puede convertirse en un posible tratamiento para el asma, ayudando a contrarrestar los espasmos musculares que la enfermedad provoca en la laringe.
De este modo, según explican en la BBC, podría ayudar al paciente a mejorar los síntomas de esta enfermedad, que se caracteriza por ataques recurrentes que provocan en los pacientes dificultades para respirar.
Durante un ataque de asma, el recubrimiento de los conductos bronquiales se inflama y causa un estrechamiento en las vías aéreas, lo cual reduce el flujo de aire que entra y sale de los pulmones.
Pero como explica el director del Centro de Medicina Respiratoria y del Sueño de Monash, Phil Bardin, autor de este proyecto, estudios llevados a cabo en la universidad muestran que la mitad de los pacientes que sufren asma severo no sólo presentan problemas en los pulmones, sino también en la laringe.
El problema, según asegura, es similar a la disfonía, un trastorno de la voz que impide producir sonidos y que suele tratarse exitosamente con bótox.
"Esperamos que este tratamiento mejore la calidad de vida de los pacientes y les permita tener un mejor control del asma severo", afirma el profesor Bardin, quien reconoce que la enfermedad podría pasar de ser una afección grave a más moderada.
Lo que ocurre es que la laringe se cierra en lugar de abrirse, impidiendo el paso del aire y esto, según comenta, puede confundirse con los efectos del asma en los pulmones.
El estudio de la universidad, en el que un grupo de pacientes con ataques de asma se sometió a una serie de escáneres, reveló que la laringe de los enfermos más graves suele sufrir espasmos, lo que además explicaría por qué los tratamientos tradicionales no son efectivos para algunos pacientes.
Por ello, ahora planean investigar si el bótox puede ayudar a relajar los músculos en la laringe para que la entrada y salida del aire pueda ser coordinada con la respiración pulmonar.
El estudio preliminar, que comenzará en los próximos meses, incluirá a 30 pacientes a los cuales se inyectará bótox en un músculo de la laringe con ayuda de un escáner de tomografía computarizada (TAC) y, aunque el tratamiento no es una cura para la enfermedad, los científicos creen que podría mejorar los síntomas de muchos pacientes.
Tal como explica el profesor Peter Holmes, quien también participa en la investigación, "ésta es la primera vez que se lleva a cabo en el mundo un enfoque tan novedoso para un problema tan difícil".
Los investigadores creen que una sola dosis de botox podría ser suficiente para evitar los espasmos y permitir que la laringe recupere su función normal.
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