Un grupo de trabajo constituido por diferentes centros hospitalarios de la Comunidad Valenciana y Murcia va a iniciar un proyecto piloto para tratar de actualizar y mejorar el seguimiento de los bebés llamados prematuros tardíos, que nacen entre la semana 34 y 37 de gestación.
Aproximadamente se estima que el 8 por ciento de los bebés prematuros nacen entre estas semanas y, según recientes estudios, la detección precoz y la prevención de diferentes patologías reducirían la morbilidad de estos recién nacidos.
Según ha asegurado el jefe del Servicio de Neonatología del Hospital la Fe de Valencia, Vicente Roqués, que dirige al grupo de trabajo que ha puesto en marcha este estudio, una de las mayores inquietudes de estos profesionales es el desarrollo neurológico y posible déficit que puedan presentar a largo plazo.
En este sentido, "se va a revisar la problemática durante y después de su hospitalización, presentando un proyecto piloto conjuntamente con los pediatras de Atención Primaria, para su seguimiento y detección precoz de las secuelas derivadas de su nacimiento antes de término".
El objetivo, apunta Roqués, es "reducir la morbilidad asociada a su inmadurez y también las secuelas posteriores".
"Para la puesta en marcha de este seguimiento es necesario en primer lugar, valorar en su justa medida la problemática de estos niños en los primeros días de vida y la mayor incidencia de problemas respiratorios, metabólicos, hipotermia, ictericia y problemas de alimentación que pueden presentar, adecuando los recursos adicionales necesarios, teniendo en cuenta su mayor gasto sanitario", explica.
En segundo término hay que asegurar el seguimiento evolutivo que garantice la detección precoz de problemas en su desarrollo, para lo que los hospitales que no puedan ofrecer este seguimiento "deben coordinarse con los centros de salud para garantizarlo".
El sistema de funcionamiento de este proyecto piloto se espera que sea muy simple y, según han explicado, los niños prematuros tardíos serán referidos a sus pediatras con un informe completo y citados preferentemente dentro de las 72 horas después de darles el alta.
A partir de entonces seguirán los controles de salud de cualquier niño y se añadirá una valoración específica de neurodesarrollo a los seis, doce y dieciocho meses, que se remitirá al hospital. Con 24 meses, el hospital hará una valoración final con test específicos de su desarrollo psicomotor. En todo momento el pediatra estará en conexión con el hospital para derivar el niño en caso de necesidad.
Por otro lado, este grupo de trabajo también ha discutido en su última reunión la forma de intercomunicación para la transferencia de datos entre Atención Primaria y el Hospital, que debería ser de la manera más sencilla y eficaz, buscando soluciones a medida para cada hospital y su circunstancia.
La problemática es diferente según el número de niños prematuros tardíos nacidos o la posibilidad de coordinación con los pediatras de los Centros de Salud de su área. Para el doctor Roqués, "una de las ventajas de este programa es que se asegura un control sistemático y completo del niño prematuro tardío sin aumentar a penas la carga de trabajo tanto del pediatra como del hospital".
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