La investigación sobre células madre tumorales permitirá nuevas terapias más eficaces para tratar los tumores cerebrales. Aunque sus resultados no se esperan a corto plazo, en unos años sí que se prevé que puedan comercializarse algunos de los nuevos fármacos que desde hace unos 15 años se están ensayando contra el glioblastoma múltiple (GMB), el tumor cerebral más agresivo con una esperanza media de vida de 15 meses.
Así, lo han puesto de manifiesto este miércoles en rueda de prensa Ángel Ayudo-Saciado y Cristóbal Belsa, los coordinadores científicos del II Simposio de la Fundación Seve Ballesteros sobre tumores cerebrales, en el que los 15 mayores expertos internacionales en la materia, además de 200 profesionales de 26 países, analizarán los últimos avances desde el 23 al 25 de junio en el centro de Investigación Príncipe Felipe.
Los tumores cerebrales malignos representan en torno al 3 por ciento de los distintos tipos de cáncer que se conocen y de ellos el 50 son glioblastomas, que aunque su prevalencia no es muy alta, unos 4 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone unos 4.000 nuevos afectados al año en España, es uno de los más agresivos con una esperanza media de 15 meses. Además, durante los últimos 20 años no se ha conseguido prolongar la esperanza de vida más de 5 ó 6 meses.
Sin embargo, el coordinador científico del simposio, Ángel Ayudo-Saciado y el coordinador científico y asesor de la Fundación, Cristóbal Belsa, han destacado que las nuevas investigaciones con células madre tumorales abres nuevas terapias más eficaces. Así, Ayudo-Saciado ha explicado que el GBM parece albergar poblaciones de células pequeñas, dentro de la masa tumoral, con la capacidad de iniciar y sostener el crecimiento de tumores. Estas células se han llamado células madre tumorales o células iniciadoras de tumores (CIT).
Así, ha señalado que las terapias actuales se centran en el uso de cirugía en la masa tumoral que sin embargo "tiene los límites" de no poder extraerse zonas que afecten a funciones esenciales del cerebro, por lo que "siempre se deja algo que suelen ser células que quedan dispersas y que no se pueden ver y por tanto no se puede combatir". Además, la radiación "no suele ser efectiva" en estas células que quedan porque "proliferan, pero muy poco" y "la radioterapia es más eficaz con células que proliferan mucho".
No obstante, se está experimentando el uso de células madre mesenquimales como vehículo para transportar a la zona del tumor diferentes virus oncológicos, fármacos y otros factores y que los liberen de forma que se consiga bloquear su formación. En concreto, el equipo del doctor Quiñones-Hinojosa está trabajando en el desarrollo de un tratamiento novedoso para glioblastoma utilizando la capacidad de BMP4 para inhibir el crecimiento de células madre tumorales, reducir la formación de tumores en vivo y disminuir los restos de tumor al mismo tiempo que aumenta la supervivencia.
Para ello, trabajan en varios mecanismos para transportar dicho gen al interior del tumor, donde va a llevar a cabo su efecto citotoxico. Han modificado células madre mesenquimales para que produzcan BMP4 en respuesta a sustancias secretadas por las células del tumor. De forma alternativa, han desarrollado un sistema basado en nanoparticulas para conducir BMP4 al interior del tumor. Ambos casos combatirían principalmente las células de glioblastoma y las células madre tumorales con una elevada eficiencia, sin prácticamente afectar a las células sanas. El sistema de nanopartículas de polímeros y ADN permanecen estables durante tres meses y podrían ser inoculadas directamente sobre el tumor.
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