Los especialistas reunidos en el 49 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física aseguran que es "imprescindible" desarrollar parámetros objetivos para evaluar con precisión la gravedad de lesión cervical producida tras un accidente de tráfico, cuya consecuencia más frecuente es el síndrome del latigazo cervical.
"Las variables extraíbles de la entrevista clínica y exploración física son subjetivas; es decir, dependen de la opinión del paciente y del médico respectivamente. Además, la mayoría de las conclusiones que aportan las pruebas de imagen resultan inespecíficas, toda vez que las alteraciones radiológicas que se aprecian en sujetos accidentados son las mismas que se pueden encontrar en un alto porcentaje de sujetos sanos sin antecedente alguno de dolor cervical", indica el responsable del laboratorio de biomecánica Invalcor, Javier Ortiz Fandiño.
Esto repercute en el diagnóstico y "dificulta" las decisiones médicas y la "justa" utilización de los recursos sanitarios. Por ello, "en las últimas dos o tres décadas se han desarrollado una serie de instrumentos que permiten capturar variables directamente relacionadas con la funcionalidad cervical -movilidad, fuerza, fatiga, tono muscular, equilibrio, etc.-, variables objetivas que acercan en mayor medida a la verdadera situación clínico-funcional en la que se encuentra el paciente y, por tanto, favorecen la toma de decisiones de mayor calidad, más certeras", explica Ortiz Fandiño.
De hecho, en el síndrome del latigazo cervical las pruebas biomecánicas están especialmente indicadas "en aquellas situaciones donde, por su importancia, resulta imprescindible constatar la situación funcional del paciente, por ejemplo, en las decisiones de alta o mantenimiento del tratamiento rehabilitador, en las decisiones de reincorporación laboral o mantenimiento de la baja o en la evaluación de secuelas derivadas de accidente de tráfico".
El latigazo cervical consiste en la lesión cervical producida por una sucesiva flexión y extensión brusca y excesiva del cuello. Esa combinación puede causar sucesivamente un esguince cervical en la fase de flexión y, sobre todo, una lesión de la articulación facetaria de la columna cervical en la fase de extensión.
Se trata de una de las lesiones más frecuentes producidas en aquellos accidentes de coche en los que se padece un choque frontal. El impacto frontal induce la flexión excesiva del cuello y, justo después, la fuerza de reacción causa su total extensión. Además, todo ello se produce muy rápidamente, sin que dé tiempo a que la musculatura ejerza su función protectora.
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