Los triptanos evitan la aparición del dolor en el personal de tropa con cefalea postraumática (CPT) crónica por traumatismos leves en la cabeza.
El doctor Jay C. Erickson, del Centro Médico Madigan de la Armada en Tacoma, Washington, escribió que hasta el 25 por ciento de las tropas que regresan de Irak o Afganistán habría sufrido un golpe en la cabeza; la prevalencia de la CPT es del 37 por ciento.
En el estudio publicado en la edición en internet de la revista Headache, Erickson revisó información de 100 soldados tratados por CPT crónico en una clínica neurológica del Ejército de Estados Unidos. Salvo un caso, todos eran hombres.
Entre el 95 y el 96 por ciento tenían cefaleas similares a una migraña. Se le había indicado un antidepresivo tricíclico, topiramato, propranolol y valproato.
El tiempo promedio desde la aparición de la CPT fue de 18 meses y la frecuencia promedio de los dolores de cabeza, de 17 días por mes.
Al 73 por ciento se le habían recetado triptanos y el 70 por ciento de los que los tomaron dijo que había sentido un alivio a las dos horas, comparado con el 42 por ciento de los que utilizaban fármacos de otra clase.
La mayoría (77 pacientes) tenían CPT por exposición a una explosión. Los triptanos dieron resultado en el tratamiento de la CPT por una explosión u otros motivos, con una tasa de respuesta, respectivamente, del 66 y del 86 por ciento.
El topiramato redujo significativamente la frecuencia de las cefaleas, no así los antidepresivos tricíclicos en bajas dosis (un 23 frente a un 12 por ciento).
La frecuencia de las cefaleas se redujo un 41 por ciento en los pacientes con CPT no causada por una explosión y un 9 por ciento en el grupo con CPT causada por una explosión. Fueron muchos más los soldados con CPT no causada por una explosión en los que la frecuencia de las cefaleas se redujo un 50 por ciento (un 57 frente a un 29 por ciento).
"El topiramato es una terapia profiláctica efectiva contra el dolor de cabeza en las tropas con CPT crónica, mientras que los antidepresivos tricíclicos en dosis bajas tendrían poca eficacia", escribe Erickson en el artículo publicado.
El autor concluye que "se necesitan estudios controlados para validar los resultados de este estudio observacional y para reforzar las recomendaciones terapéuticas basadas en la evidencia".
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