Un buen control de las personas con diabetes permite evitar el 98 por ciento de las amputaciones del pie, según ha destacado el presidente del Instituto Valenciano del Pie, Ángel Camp, quien ha reclamado por ello la generalización de al menos una unidad de referencia por departamento de salud.
Camp ha realizado estas declaraciones en la rueda de prensa de presentación del estudio que ha realizado, en colaboración con el Colegio de Farmacéuticos de Valencia y la Asociación Valenciana de Diabetes, sobre 320 personas para detectar factores de riesgo a la aparición del pie diabético.
Al respecto, ha señalado que para evitar el pie diabético, que supone la primera causa de amputación de origen no traumático, deberá extenderse el modelo anglosajón vigente desde 1938 que fija unos correctos protocolos de detección en Atención Primaria capaces de desviar los casos a unidades de referencia en los Hospitales.
De los pacientes analizados desde septiembre de 2010 hasta mayo de 2011 con edades comprometidas entre los 11 y los 91 años el 77 por ciento es mayor de 60 años. El 69 por ciento padece diabetes desde hace más de 10 años, el periodo límite partir del cual comienzan las complicaciones asociadas a esta patología.
Además, el 93 por ciento son sedentarios, lo que aumenta el riesgo vascular. De hecho, uno de cada 5 pacientes atendidos mayores de 60 años padecen algún tipo de riesgo cardiovascular: el 55 por ciento presenta hipercolesterolemia, el 27 por ciento antecedentes cardiacos y el 58 por ciento hipertensión arterial. Asimismo, los pacientes que ya presentan degeneración por diabetes suponen un 90 por ciento de los analizados, de los que el 9 por ciento padece nefropatía y el 15 por ciento retinopatía.
El 26 por ciento de los pacientes analizados presenta neuropatía, falta de sensibilidad en los pies. Camp ha advertido de las consecuencias de esta insensibilidad ya que al no tener dolor no se dan cuenta de las lesiones y siguen con una vida normal que puede agravarla y además son más propensos al desarrollo de callos y durezas que aumentaban la presión de la zona hasta poder provocar una úlcera.
Precisamente ha aconsejado a todos los diabéticos a los que no les diagnosticado que no tienen problemas de sensibilidad y circulación que nunca vayan descalzos ya que es frecuente que se quemen en la playa sin darse cuenta o se claven algo que en 48 horas les puede causar una infección. De hecho, ha comentado el caso de una persona que se abrasó los pies mientras hacía una paella y sólo lo notó por el olor a quemado.
Por otra parte, el 9 por ciento presenta una isquemia crónica o ausencia de pulsos y esta disminución del flujo de sangre aumenta el riesgo de sufrir una amputación y disminuye las defensas del pie. Así, el riesgo que supone la combinación de neuropatía, isquemia y deformidad en el 48 por ciento de la población estudiada debería atender regularmente el cuidado de sus pies para no desarrollar una úlcera.
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