Investigadores del Departamento de Salud Pública del Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia) aseguran que quienes se someten a una operación quirúrgica antes de los 20 años para extirparles las amígdalas o el apéndice tienen más riesgo de sufrir un infarto en el futuro.
Así se desprende de un artículo publicado en el 'European Heart Journal', tras haber analizado los registros nacionales de salud de Suecia entre 1955 y 1970, en los que se encontraron casi 54.400 apendicectomías y 27.280 amigdalectomías en menores de 20 años.
Actualmente se estima que entre el 10 y 20 por ciento de los jóvenes se someten a una intervención para extirpar uno de estos dos órganos linfoides, componentes del sistema inmune humano, cuya importancia es "modesta". De hecho, en el pasado se solía extraer las amígdalas de los niños pequeños antes de que éstas provocaran infecciones.
No obstante, en las últimas décadas las recomendaciones es no extraerlas a menos que estén causando problemas persistentes en los menores, como sucede con el apéndice.
En el estudio se realizó un seguimiento de unos 23,5 años de media a aquellos jóvenes que se habían sometido a una de estas operaciones, para así determinar cuántos de éstos habían sufrido un infarto, mortal o no.
De este modo, pudieron observar que la amigdalectomía incrementaba el riesgo de esta dolencia en un 44 por ciento y la apendicectomía en 33 por ciento. Además, si se extraen ambos órganos el riesgo es mayor mientras que, por contra, no se detectó un mayor riesgo de infartos en personas sin apéndice o amígdalas operadas después de los 20 años.
No obstante, los autores, según explican en declaraciones a la BBC, subrayan que al comparar el número absoluto de infartos en el estudio el riesgo se vuelve relativamente pequeño.
"Debido a la clara evidencia biológica y epidemiológica que vincula a la inflamación con enfermedad coronaria, podríamos pensar que la extracción quirúrgica de las amígdalas o el apéndice, con su consecuente efecto en la inmunidad, podría tener un efecto a largo plazo en esta enfermedad" explica el doctor Imre Janszky, autor del estudio.
Los investigadores creen que la extracción de estos órganos quizás está causando un "complejo" efecto de largo plazo en el sistema inmune, que podría incluir una reducción en la producción de inmunoglobulina, que son los anticuerpos que utiliza el sistema inmune para identificar y combatir a organismos foráneos en el organismo, como bacterias y virus.
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