El uso insuflado de dióxido de carbono (CO2) durante las endocopias digestivas, frente al tradicional aire ambiente, reduce "significativamente" el disconfort y el dolor abdominal después de realizar exámenes o pruebas digestivas como la ileoscopia y la gastroscopia, según revela un estudio elaborado por el Servicio de Aparato Digestivo de la Clínica Universitaria de Navarra.
Esta investigación, que se ha presentado recientemente en Sevilla en el marco de la 'Semana de las Enfermedades Digestivas' que han organizado varias sociedades científicas del ramo, revela que el uso de CO2 se asocia a una "disminución" de las molestias abdominales después de la exploración, ya que el CO2 "es fácilmente absorbido por el intestino delgado y eliminado por los pulmones".
Este estudio, que lleva por título 'Insuflación de CO2 o aire en exploraciones endoscópicas. Estudio comparativo', partió de hecho de la base de que el uso de dióxido de carbono durante las endoscopias digestivas, al ser comparado con el aire ambiente, se asociaba a una disminución de las molestias abdominales después de la exploración.
Así, el objetivo de este ensayo clínico aleatorizado fue valorar el efecto de la insuflación de CO2 sobre el dolor y la distensión abdominal después de una ileoscopia y después de una ileoscopia más una gastroscopia. Para tal fin, se reclutaron a un total de 279 paciente en el estudio.
A 193 de ellos se les realizó una ileoscopia, de los cuáles a 120 se les sometió a CO2 y a 73 a gas ambiente. Además, a 86 se les realizó una ileoscopia más una gastroscopia, siendo 48 los sometidos con CO2 y el resto con gas ambiente.
Aunque todos los procedimientos fueron realizados bajo sedación y los cuatro grupos de estudio eran similares en cuanto a edad, sexo e índice de masa corporal, los investigadores estudiaron las siguientes variables del dolor: para el dolor abdominal se usó una escala que iba del 1 (o ausencia de dolor) a 10 (máximo dolor), tanto a los 10 como a los 30 y 120 minutos de la exploración. También se medió la diferencia del perímetro abdominal antes y después de la exploración.
Considerando a los pacientes que fueron sometidos a una ileoscopia se encontró una media de 1,32 de dolor abdominal a los 10 minutos de la exploración en el grupo de CO2 frente a los 2,11 de escala de dolor en el grupo de aire ambiente; de 1,06 frente 1,40 a los 30 minutos, y 1,01 frente a 1,15 a los 120 minutos, respectivamente.
Todas estas diferencias, señalan los autores de este trabajo, fueron "estadísticamente significativas". En cuanto al incremento del perímetro abdominal, también fue superior en el grupo aire que en el grupo de CO2. De hecho, la diferencia fue de 2,09 en el grupo de aire frente a 0,74 de media en el grupo de CO2.
Por todo ello, los autores de este trabajo han concluido que la insuflación de CO2 "reduce significativamente el disconfort y el dolor abdominal, después de una ileoscopia y después de una ileoscopia más una gastroscopia".
Esta investigación, que se ha presentado recientemente en Sevilla en el marco de la 'Semana de las Enfermedades Digestivas' que han organizado varias sociedades científicas del ramo, revela que el uso de CO2 se asocia a una "disminución" de las molestias abdominales después de la exploración, ya que el CO2 "es fácilmente absorbido por el intestino delgado y eliminado por los pulmones".
Este estudio, que lleva por título 'Insuflación de CO2 o aire en exploraciones endoscópicas. Estudio comparativo', partió de hecho de la base de que el uso de dióxido de carbono durante las endoscopias digestivas, al ser comparado con el aire ambiente, se asociaba a una disminución de las molestias abdominales después de la exploración.
Así, el objetivo de este ensayo clínico aleatorizado fue valorar el efecto de la insuflación de CO2 sobre el dolor y la distensión abdominal después de una ileoscopia y después de una ileoscopia más una gastroscopia. Para tal fin, se reclutaron a un total de 279 paciente en el estudio.
A 193 de ellos se les realizó una ileoscopia, de los cuáles a 120 se les sometió a CO2 y a 73 a gas ambiente. Además, a 86 se les realizó una ileoscopia más una gastroscopia, siendo 48 los sometidos con CO2 y el resto con gas ambiente.
Aunque todos los procedimientos fueron realizados bajo sedación y los cuatro grupos de estudio eran similares en cuanto a edad, sexo e índice de masa corporal, los investigadores estudiaron las siguientes variables del dolor: para el dolor abdominal se usó una escala que iba del 1 (o ausencia de dolor) a 10 (máximo dolor), tanto a los 10 como a los 30 y 120 minutos de la exploración. También se medió la diferencia del perímetro abdominal antes y después de la exploración.
Considerando a los pacientes que fueron sometidos a una ileoscopia se encontró una media de 1,32 de dolor abdominal a los 10 minutos de la exploración en el grupo de CO2 frente a los 2,11 de escala de dolor en el grupo de aire ambiente; de 1,06 frente 1,40 a los 30 minutos, y 1,01 frente a 1,15 a los 120 minutos, respectivamente.
Todas estas diferencias, señalan los autores de este trabajo, fueron "estadísticamente significativas". En cuanto al incremento del perímetro abdominal, también fue superior en el grupo aire que en el grupo de CO2. De hecho, la diferencia fue de 2,09 en el grupo de aire frente a 0,74 de media en el grupo de CO2.
Por todo ello, los autores de este trabajo han concluido que la insuflación de CO2 "reduce significativamente el disconfort y el dolor abdominal, después de una ileoscopia y después de una ileoscopia más una gastroscopia".
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