Cirujanos del Hospital Universitario Sanchinarro (HMS) han realizado por primera vez en España una resección hepática extendida, tras la realización de una bipartición del hígado 'in situ', a la que siguió la implantación de un sistema de soporte de hígado artificial.
Esta intervención, "representa una nueva estrategia para obtener una mayor radicalidad en el tratamiento quirúrgico de las metástasis hepáticas, aprovechando la experiencia acumulada del grupo quirúrgico de HMS en la cirugía del trasplante hepático de donante vivo", según han asegurado este lunes el director del Servicio de Cirugía General y Digestiva de HMS, Emilio Vicente, y la co-directora, Yolanda Quijano, durante la rueda de prensa de presentación de la intervención.
Para ello, se llevaron a cabo dos procedimientos quirúrgicos en diferentes tiempos, realizándose en el primero de ellos la bipartición completa hepática, en la que se dividió totalmente el hígado, dejando por un lado el lóbulo derecho junto con el segmento IV afecto de múltiples metástasis hepáticas con sus correspondientes pedículos vasculo-biliares, y por el otro lado los segmentos I, II y III hepáticos libres de enfermedad tumoral.
En el segundo procedimiento quirúrgico se seccionaron los pedículos vasculo-biliares previamente disecados y se efectuó la resección de la zona hepática afecta por la enfermedad metastásica. En el periodo de tiempo transcurrido entre los dos procedimientos, que duró 20 días, se efectuaron dos estudios de volumetría hepática para conocer el incremento en el tamaño del hígado remanente. En este sentido, Vicente ha indicado que el segundo procedimiento se efectuó una vez alcanzado el tamaño que se consideraba adecuado para la resección hepática.
Para los expertos, las ventajas de esta técnica son "evidentes" porque "permite incrementar la radicalidad de la cirugía en este tipo de proceso mestastásico, rescatando a pacientes para la cirugía que de otra forma se podrían considerar irresecables; todo en un intento de de dejarles libre de enfermedad tumoral y en consecuencia de incrementar la supervivencia".
Asimismo, "la realización de este procedimiento en dos tiempos minimiza el riesgo quirúrgico con respecto a la técnica convencional", asegura el especialista y añade que "la recuperación del paciente suele ser más rápida que con la técnica convencional y permite que éste pueda iniciar el tratamiento quimioterápico post-operatorio de una forma más precoz.
Esta intervención tuvo otro elemento extraordinario adicional, ya que a pesar de la marcada hipertrofia compensadora que se había producido en el hígado remanente tras la embolización de la vena porta efectuada, en el post-operatorio apareció un cuadro de insuficiencia hepática moderada/severa, muy posiblemente facilitado por el daño del propio parénquima ocasionado por el prolongado tratamiento quimioterápico efectuado, que obligó a implantar en el paciente un sistema de soporte de hígado artificial.
"Ante el fracaso hepático agudo, el trasplante hepático es el único tratamiento definitivo y el único que mejora la supervivencia -la mortalidad, si no se realiza este procedimiento es muy elevada mortalidad, en torno al 80-85 por ciento", señala el coordinador del servicio de Medicina Intensiva de HMS, Ángel Luis Córdoba.
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