Essilor ha lanzado al mercado las primeras lentes con protección
ultravioleta global gracias al sistema CRIZAL UV. Hasta ahora sólo
existían gafas que impedían la incidencia de los rayos del sol en la
cara externa de la lente.
La jefa de Producto de Essilor, Pilar Cornejo, ha manifestado que, hasta la aparición de este sistema, "había reflejos de
ultravioleta que llegaban al ojo provenientes de la cara interna de la
lente". Ante ello, la compañía ha desarrollado un tratamiento
antireflejante "para eliminar esta exposición", indica.
Para acometer esta tarea, los profesionales de Essilor han medido
el nivel de protección de la lente con el factor de protección solar
para los ojos, que se inspira "en los sistemas que se han utilizado para
cuantificar el cuidado de la piel". Así, los expertos han conseguido un
índice objetivo que "certifica la seguridad global de la lente ante los
rayos ultravioleta", manifiesta la portavoz de la compañía.
El sistema CRIZAL UV, que está disponible en gafas transparentes y
solares, otorga un factor de protección de 50 en estas últimas,
mientras que en las de visión alcanza un 25 "para mantener la
transparencia de la lente y la nitidez en la graduación", señala
Cornejo. Ambas se están ya comercializando e incrementan el precio de la
gafa "en aproximadamente 12 euros", concreta.
Para la experta, la población está concienciada de los peligros
del sol a nivel dermatológico, pero en las afecciones que pueden sufrir
los ojos "existe mucho desconocimiento. Queremos concienciar a las
personas de los problemas que se pueden producir", sostiene. Entre
ellos, se encuentran las cataratas, que acarrean "más de 20 millones de
operaciones anuales en todo el mundo", lamenta.
Este problema del cristalino provoca "visión borrosa, pérdida de
intensidad en los colores y cambios en la graduación", lo que se traduce
entre otras cosas "en problemas en la lectura", subraya Cornejo. Pero
exponerse al sol sin salvaguardar la salud ocular también puede originar
fotoqueratitis, que produce una inflamación de la cornea; pinguécula,
que es un tejido amarillento y benigno que aparece en la conjuntiva y
puede extenderse a esta parte del ojo y afectar a la visión.
Además, la especialista destaca que recientes estudios "han
planteado la vinculación entre la radiación ultravioleta y la
degeneración macular asociada a la edad". Pero para más datos, añade que
el sol y la incidencia de sus rayos "puede provocar hasta carcinomas y
melanomas en la población".
En cuanto a éstos, pueden ser ultravioletas A, B o C, siendo estos
últimos inofensivos porque "no traspasan la capa de ozono", manifiesta.
Sin embargo, Cornejo si considera dañinos a los otros dos, ya que el B
"llega al ojo en una cantidad pequeña afectando principalmente a la
córnea". En cambio, los rayos UVA, que son los que dan el tono moreno a
la piel, alcanza el globo ocular en mayor concentración absorbiéndose en
su totalidad por el cristalino.
Sin embargo, la representante de Essilor explica
que el número de afectados por cáncer de piel originado cerca del ojo es
muy bajo: un 5 por ciento. Pero ello no significa que se deba usar en
menor medida la protección indicada.
Por último, y en relación a ello, Cornejo ha subrayado que "hay
que ponerse las gafas de sol hasta en días nublados, ya que la radiación
ultravioleta afecta igual que cuando el cielo está despejado". Si es
así, que salga el sol por Antequera.
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