El abuso de analgésicos
de receta por parte de las embarazadas hizo que la tasa de bebés
nacidos en Estados Unidos con adicción al opio casi se triplicara en una
década, según una investigación divulgada ayer lunes.
El estudio, publicado en la revista Journal of the American Medical
Association (JAMA), mostró un aumento de cinco veces en el consumo de
analgésicos por parte de las mujeres embarazadas entre 2000 y 2009,
pasando de 1,19 casos por cada 1.000 nacimientos a 5,63 por cada 1.000
al año.
No todos los bebés, entre 60 y 80%, nacidos de madres que consumen
estos fármacos presentan el síndrome de abstinencia neonatal (NAS, por
su sigla en inglés), que puede incluir problemas de respiración,
temblores y convulsiones, dificultades de alimentación, bajo peso al
nacer e irritabilidad.
La tasa de bebés nacidos con síndrome de abstinencia pasó de 1,2
casos por 1.000 nacidos vivos en 2000 a 3,39 por 1.000 en 2009. Estos
bebés suelen necesitar 16 días de hospitalización después del parto.
El consumo de analgésicos durante el embarazo no sólo causa problemas
de salud y de desarrollo en los bebés, sino que también eleva los
costos del sistema de salud, indicó este estudio, basado en los
registros de los hospitales públicos de Estados Unidos.
Los costos médicos aumentaron de manera exponencial, con cargos
hospitalarios promedio que saltaron de 39.400 dólares en 2000 a 53.400
en 2009, un aumento del 35% tras ajustes por inflación.
Los bebés con NAS tenían muchas más probabilidades de nacer de madres
cubiertas por Medicaid (78%), el seguro médico financiado por el
gobierno para los pobres, y de vivir en zonas de ingresos más bajos
(36%).
Estos aumentos, destacados en el primer estudio nacional
representativo en bebés que nacen con síndrome de adicción en todo
Estados Unidos, generalmente coincidían con estudios independientes
sobre el consumo de analgésicos en la población general.
Las ventas y las muertes relacionadas con analgésicos opiáceos en
Estados Unidos se cuadruplicaron entre 1999 y 2008, según un estudio
reciente realizado por los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades (CDC).
"Estos medicamentos proporcionan alivio al cáncer y al dolor crónico,
pero se han prescrito en exceso, desviado y vendido ilegalmente,
creando una nueva vía de adicción a los opiáceos y una carga de salud
pública para la salud materna e infantil", dijo un editorial publicado
con el estudio, firmado por Marie Hayes y Mark Brown, ambos médicos de
la Universidad de Maine (noreste).
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