sábado, 30 de junio de 2012

Leen por primera vez las secuencias reguladoras del genoma del ratón

El genoma humano --popularmente conocido como "el libro de la vida"-- es extraordinariamente difícil de leer. Sin embargo, con el pleno conocimiento de su gramática y sintaxis, el genoma (de 2,9 miles de millones de pares de bases de adenina y timina, citosina y guanina) podría aportar información sobre la genética subyacente de la Humanidad.

   Ahora, en un nuevo estudio publicado en la revista 'Nature', investigadores del Instituto Ludwig para la Investigación del Cáncer, de la Universidad de California, en San Diego, han mapeado, por primera vez, una parte importante de las secuencias funcionales del genoma del ratón, el modelo de animal mamífero más utilizado en la investigación biomédica.
   "Conocemos el alfabeto preciso del genoma humano desde hace más de una década, pero no sabemos cómo estas letras forman palabras significativas, párrafos, o vida", señala el doctor Bing Ren, director del Laboratorio de Regulación Génica del Instituto Ludwig, quien añade que, "por ejemplo, sabemos que sólo el uno o el dos por ciento del genoma funcional codifica proteínas, pero existen regiones altamente conservadas en el genoma, aparte de la codificación de proteínas, que afectan a los genes y al desarrollo de enfermedades".
   La principal de estas regiones son los elementos cis-reguladores, segmentos clave de ADN que parecen regular la transcripción de los genes -la regulación deficiente de los genes puede dar lugar a ciertas enfermedades, como por ejemplo el cáncer.
   Mediante el uso de tecnologías de secuenciación de alto rendimiento, Ren y sus colaboradores mapearon cerca de 300.000 elementos cis- reguladores de ratón en 19 tipos diferentes de tejidos y células. Este trabajo sin precedentes proporcionó una lectura funcional de casi el 11 por ciento del genoma del ratón, y más del 70 por ciento de las secuencias conservadas, no codificadoras, compartidas con otras especies de mamíferos, incluyendo a los seres humanos.
   Como era de esperar, los investigadores identificaron diferentes secuencias que promueven o inician la actividad de un gen, mejorando su actividad y definiendo dónde se produce en el organismo durante el desarrollo. Más sorprendente, según Ren, fue observar que en la organización estructural de los elementos cis-reguladores, éstos se agrupan en grupos discretos correspondientes a dominios espaciales.
   El investigador concluye que, "aunque hemos mapeado y entendido el 11 por ciento del genoma, aun hay un largo camino por recorrer".

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