Por primera vez se ha realizado un ensayo
clínico con humanos, en el que han participado 19 pacientes de Georgia
(Estados), que ha revelado que la aplicación de una técnica con células
madre podría lograr que el cabello volviese a crecer en zonas en las que
ya no lo hacía, tal y como ya se había observado en animales.
De esta manera, el coordinador del Grupo Español de Tricología de
la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), Ramón
Grimalt, quien ha participado estos días en el 'European Hair Research
Society', celebrado en Barcelona, ha explicado que la
técnica ha sido desarrollada por investigadores canadienses pero que,
por problemas burocráticos, el ensayo clínico ha sido realizado en EEUU.
Concretamente, en sus palabras, la técnica consiste en "coger
parte de la piel del cuero cabelludo en la que no aparece la alopecia"
que, por lo general, es la zona superior de la nuca. Después, "se va a
aislar aquellas células", conocidas como las CSC, que son capaces de
regenerar nuevos folículos capilares.
Así, gracias a la técnica desarrollada por los investigadores
canadienses, el caldo de cultivo formado con las células aisladas del
cuero cabelludo puede inyectarse "por debajo de la piel", ha explicado
Grimalt, quien ha precisado que, de esta manera, el pelo puede volver a
crecer con el paso del tiempo.
Sin embargo, este experto se ha apresurado a matizar que los
resultados de este estudio "no son espectaculares", si son comparados
con los conseguidos tras investigaciones con ratones. En ellas, a los
roedores se les implantaba el caldo de cultivo de las células, que
previamente se habían extraído de la zona del bigote, en la oreja sin
pelo, consiguiéndose resultados prometedores.
No obstante, "en humanos, los resultados también son buenos y
esperanzadores, aunque no con la intensidad que se esperaba de entrada
ni con todos los pacientes", ha aclarado.
En relación a esta última cuestión, el coordinador del Grupo
Español de Tricología de AEDV ha apuntado al fibroblasto, un tipo de
célula que tiene mucha funciones distintas y que ejerce de estructura en
la piel del cuero cabelludo.
De esta manera, las proteínas señal mandan información al
fibroblasto, quien a su vez puede tener una función regeneradora o,
simplemente, puede seguir siendo una célula de sostén. Este hecho varía,
ha explicado este experto, en función del reloj biológico de cada
persona. "Son unas células muy simples pero que tienen la capacidad de
hacer una cosa muy sofisticada, aunque nadie sabe concretamente de qué
depende", ha resumido.
En sus palabras, esta investigación "abre la puerta a un nuevo
tipo de terapia comparable a la que se está haciendo en otros campos,
como por ejemplo, el de la leucemia". No obstante, ha explicado que esta
técnica supone "la multiplicación de células", detonante del cáncer,
por lo que su estudio busca además descartar la aparición de tumores.
Sin embargo, este experto ha reconocido que, hasta el momento, no
ha surgido ningún caso de este tipo ni importantes efectos adversos. En
general, "esta capacidad de regenerar cabello es un avance que hasta la
fecha nadie había conseguido" y que no se ha logrado con tratamientos
orales ni con intervenciones quirúrgicas en las que lo que se hace es
"mover los pelos de un sitio a otro", por lo que, en los casos de
calvicie avanzada, ya "no hay pelos para ser trasplantados".
El siguiente paso ahora es otro ensayo clínico pero, esta vez, en
suelo europeo, y en el que van a participar un centenar de personas.
Comenzará, previsiblemente, el año que viene, por lo que ya están
contactando con las autoridades reguladoras pertinentes.
Por otro lado, este experto ha explicado que la alopecia consiste
en el adelgazamiento del cabello hasta que, por fin, desaparece. En el
caso de la alopecia androgenética responde, como su nombre indica, a una
hormona masculina.
Precisamente, en estos momentos, las principales líneas de
investigación están centradas en tratar la alopecia areata autoinmune,
que aparece tras el ataque de un grupo de las células de sangre blancas
hacía algunas células en la piel o el cabello, provocando de esta manera
la calvicie.
"Entendiendo el funcioanmeniento, estaremos más cerca del
tratamiento y, por tanto, de su curación", ha afirmado el coordinador
del Grupo Español de Tricología de AEDV, quien ha aclarado que todavía
queda mucho camino por recorrer hasta que pueda llevarse a la práctica
clínica.
Por otro lado, este experto ha destacado que grupos
internacionales están estudiando la manera de acelerar o disminuir el
crecimiento del pelo. Y, para ello, están observando el mecanismo del
folículo piloso "que hace que el pelo crezca, muera y vuelva a nacer".
De manera que, cuando se comprenda bien, a su juicio, se podría
controlar el reloj biológico y, así, aumentar y disminuar el crecimiento
del pelo. Por ejemplo, ha dicho, mediante una crema que incluya este
factor, la persona podría dejar de depilarse o ver de nuevo su pelo
crecer.
Estos investigadores están observando también los ciclos del pelo y
su sincronización con, por ejemplo, la época del año en la que se
encuentre la persona. Grimalt ha hecho referencia además a factores
emocionales, como el estrés o a épocas de la vida, como la pubertad, que
influyen a la hora de perder o ganar vello corporal.
Por último, en relación a los factores ambientales, este experto
ha señalado que estas personas están observando también cómo la barba de
los hombres crece más rápido en ambientes cálidos que en gélidos.
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