El Centro de Atención al Duelo de Madrid
(ALAIA) advierte de que "los niños también sufren al perder a un ser
querido pese a que su tendencia natural sea salir a jugar". Así se ha
pronunciado la psicóloga y directora de esta institución Dulce Camacho,
con motivo de la presentación de un sondeo acerca de las últimas
conversaciones con los enfermos terminales.
De esta forma, la experta asegura que, a pesar de
que "es un duelo muy desconocido porque parece que no se enteran, por
supuesto que pasan por este proceso". Particularizando en la posibilidad
de fallecimiento de un hermano del menor, la directora de ALAIA
considera que en este caso "la reacción es muy complicada porque depende
de muchos factores".
En este sentido, va a suponer un efecto dispar "el hecho de que
los menores hayan podido estar en ese momento, que hayan sido partícipes
del proceso de enfermedad o que la familia se haya podido ocupar de
ellos durante esa temporada", explica Camacho. Además, repercute en
ellos una doble pérdida, ya que "pierden al hermano y a los padres a
nivel emocional", manifiesta.
Para ellos, el Centro de Atención al Duelo de Madrid realiza
terapias individuales y talleres de plástica y juegos con otros niños.
En cambio, para los adultos que han dicho adiós a alguien este organismo
ofrece intervenciones en grupos de apoyo "de padres que han perdido
hijos, adultos que han perdido a uno de sus padres o para viudos y
viudas", significa la psicóloga.
Sin embargo, a lo que más valor le dan los enfermos que pierden a
un ser querido es al hecho de poder despedirse de él. 'Te quiero mucho' o
'te echaré de menos pero voy a estar bien' son algunas de las frases
más empleadas por los 80 encuestados en el sondeo. A ellas, Camacho
añade que "hay que expresar cariño y amor, y darles las gracias por lo
que se ha vivido con ellos y lo que han enseñado".
Además, se debe "poder pedirle perdón por lo que no se ha echo
bien y perdonarle si hay algo pendiente. Eso ya sería de libro",
sostiene. No obstante, y en referencia al empleo de anécdotas, la
experta afirma que "siempre son positivas cuando el enfermo está abierto
a ello", pero hacer bromas para quitar carga emocional "puede hacer que
el enfermo se sienta muy sólo e incomprendido".
Por otra parte, Camacho diferencia claramente la manera de
expresarse de un hombre y una mujer ante una situación de dolor como
esta. De esta manera, él "tiende menos a expresar los sentimientos y es
más dado a los gestos, a agarrar de la mano o del hombro o a hacer una
caricia"; mientras que la mujer "verbaliza más", asevera.
Por último, Camacho no cree que esté prohibido llorar en presencia
del ser querido que va a morir, ya que "en algunos casos, un llanto
tranquilo y calmado acompaña mucho y mitiga el sentimiento de soledad
del enfermo". Sin embargo, "no conviene que la persona se desborde
porque crearía un sufrimiento en la persona que se va", concluye la
directora de ALAIA.
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