sábado, 30 de junio de 2012

Los niños también sufren al perder a un ser querido

El Centro de Atención al Duelo de Madrid (ALAIA) advierte de que "los niños también sufren al perder a un ser querido pese a que su tendencia natural sea salir a jugar". Así se ha pronunciado la psicóloga y directora de esta institución Dulce Camacho, con motivo de la presentación de un sondeo acerca de las últimas conversaciones con los enfermos terminales.

   De esta forma, la experta asegura que, a pesar de que "es un duelo muy desconocido porque parece que no se enteran, por supuesto que pasan por este proceso". Particularizando en la posibilidad de fallecimiento de un hermano del menor, la directora de ALAIA considera que en este caso "la reacción es muy complicada porque depende de muchos factores".
   En este sentido, va a suponer un efecto dispar "el hecho de que los menores hayan podido estar en ese momento, que hayan sido partícipes del proceso de enfermedad o que la familia se haya podido ocupar de ellos durante esa temporada", explica Camacho. Además, repercute en ellos una doble pérdida, ya que "pierden al hermano y a los padres a nivel emocional", manifiesta.
   Para ellos, el Centro de Atención al Duelo de Madrid realiza terapias individuales y talleres de plástica y juegos con otros niños. En cambio, para los adultos que han dicho adiós a alguien este organismo ofrece intervenciones en grupos de apoyo "de padres que han perdido hijos, adultos que han perdido a uno de sus padres o para viudos y viudas", significa la psicóloga.
   Sin embargo, a lo que más valor le dan los enfermos que pierden a un ser querido es al hecho de poder despedirse de él. 'Te quiero mucho' o 'te echaré de menos pero voy a estar bien' son algunas de las frases más empleadas por los 80 encuestados en el sondeo. A ellas, Camacho añade que "hay que expresar cariño y amor, y darles las gracias por lo que se ha vivido con ellos y lo que han enseñado".
   Además, se debe "poder pedirle perdón por lo que no se ha echo bien y perdonarle si hay algo pendiente. Eso ya sería de libro", sostiene. No obstante, y en referencia al empleo de anécdotas, la experta afirma que "siempre son positivas cuando el enfermo está abierto a ello", pero hacer bromas para quitar carga emocional "puede hacer que el enfermo se sienta muy sólo e incomprendido".
   Por otra parte, Camacho diferencia claramente la manera de expresarse de un hombre y una mujer ante una situación de dolor como esta. De esta manera, él "tiende menos a expresar los sentimientos y es más dado a los gestos, a agarrar de la mano o del hombro o a hacer una caricia"; mientras que la mujer "verbaliza más", asevera.
   Por último, Camacho no cree que esté prohibido llorar en presencia del ser querido que va a morir, ya que "en algunos casos, un llanto tranquilo y calmado acompaña mucho y mitiga el sentimiento de soledad del enfermo". Sin embargo, "no conviene que la persona se desborde porque crearía un sufrimiento en la persona que se va", concluye la directora de ALAIA.

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