Investigadores de la Universidad de Michigan
(Estados Unidos) pueden haber puesto fin a un largo debate existente en
el mundo de la Oncología sobre la conveniencia de administrar de forma
intermitente la terapia hormonal en pacientes con cáncer de próstata
metastásico, tras haber comprobado que su uso continuado mejora en dos
años la supervivencia en pacientes con la enfermedad poco diseminada y
ofrece resultados similares en el caso de los tumores más extendidos.
Así se desprende de los resultados de un estudio presentado en el
último Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO, en
sus siglas en inglés) que se está celebrando en Chicago (EE.UU), que
según su autor, el profesor de Urologia Maha Hussain, "va a hacer
cambiar la práctica clínica de muchos médicos que actualmente optan por
un tratamiento intermitente.
Los tumores de próstata están relacionados con niveles elevados de
determinadas hormonas masculinas, en especial la testosterona, de ahí
que la terapia hormonal se use en estos pacientes para frenar su
producción y con ello detener el crecimiento del cáncer.
No obstante, estos tratamientos se han asociado a determinados
efectos secundarios que acaban afectando a la calidad de vida de estos
pacientes, como una falta de apetito sexual, náuseas y aumento de peso,
lo que hace que muchos médicos optaran por detener y retomar el
tratamiento de forma periódica a fin de disminuir tales efectos y
retrasar posibles resistencias al tratamiento.
Esta estrategia estaba respaldada por diferentes estudios que
analizaban su eficacia, con el inconveniente de que ninguno de ellos se
centró en el subgrupo de tumores metastásicos. Para ello, este estudio
financiado por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos
reclutó a más de 1.500 pacientes que fueron seleccionados aleatoriamente
para ser sometidos a un tratamiento continuado o intermitente.
Tras una mediana de seguimiento de 9,2 años, la supervivencia
global en los hombres cuya enfermedad apenas se había diseminado por la
columna vertebral, la pelvis y los ganglios linfáticos fue de 7,1 años
de media para quienes recibieron la terapia continuada y de 5,2 años en
quienes recibieron la terapia intermitente.
Asimismo, en aquellos casos con una propagación de la enfermedad
más amplia, la supervivencia media global fue similar en ambos grupos
(4,4 años para el grupo de tratamiento continuo y 5 años para el grupo
intermitente).
"Algunos médicos recomiendan la terapia hormonal intermitente
creyendo que van a reducir el riesgo de efectos secundarios en sus
pacientes", según ha reconocido Hussain, quien ha admitido que esta
pauta de tratamiento "lo que hace realmente es ponerlos en una clara
situación de desventaja".
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