El grupo de Virología Molecular del Centro
Regional de Investigaciones Biomédicas (CRIB) de la Universidad de
Castilla-La Mancha (UCLM) en el campus biosanitario de Albacete ha
realizado un estudio publicado recientemente en la revista internacional
Journal of General Virology, en donde da a conocer los resultados de
las investigaciones relacionadas con el virus de la hepatitis C y que
abren una nueva vía en la exploración de tratamientos para esta
enfermedad.
Según ha explicado el profesor de la Facultad de Farmacia en
Albacete, Antonio Mas, el virus de la hepatitis C infecta células
hepáticas y tiene como genoma una molécula de ARN. Este virus es la
principal causa de hepatocarcinoma y en la actualidad infecta a casi
doscientos millones de personas en el mundo.
Según ha informado la Universidad en nota de prensa, la principal
vía de infección es la transmisión parenteral: transfusiones (aunque hoy
en día este riesgo está en mínimos con los métodos de detección),
drogadicción, etc., con un porcentaje más bien bajo de infecciones sin
causa de transmisión reconocida.
Para entender la importancia del hallazgo, el director del grupo
aclara que los virus producen descendencia replicando (copiando) su
genoma y generando copias hijas. Para hacerlo se necesitan complejos de
replicación, factorías donde se encuentran las proteínas del virus y
proteínas de la célula infectada que trabajan coordinadas para dar lugar
a los genomas de la descendencia.
La principal proteína implicada en la replicación viral del virus
de la hepatitis c es la ARN-polimerasa, una enzima que sintetiza las
copias de ARN genomas hijas.
El nuevo avance científico determina que la ARN-polimerasa puede
formar complejos consigo misma, dando lugar a oligómeros, cadenas de
polimerasas que podrían compararse con las cuentas de un collar de
perlas. Además, los investigadores de la UCLM han descubierto que la
formación de estos complejos es imprescindible para que esta polimerasa
interaccione con una proteína celular necesaria en la replicación, el
receptor de estrógenos.
El objetivo es, por tanto, impedir la formación de los oligómeros
para evitar así que la interacción entre la proteína viral
(ARN-polimerasa) y el receptor de estrógenos tenga lugar
En este sentido, Antonio Mas señala que los tratamientos que
existen en la actualidad (en uso o en desarrollo) están dirigidos a
bloquear la actividad de las proteínas virales mientras que los
investigadores del CRIB proponen la interacción entre proteínas y no su
actividad intrínseca, como una diana para el desarrollo de nuevas
terapias.
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