Comer espinacas, lechuga, mango, kiwi,
calabaza o zanahoria durante el verano y de una manera habitual ayuda a
broncear la piel sin necesidad de exponerse al sol. Esto se debe a que
contienen las vitaminas betacaroteno y alfacaroteno, precursoras de la
vitamina A, que protegen la piel de los daños solares e incrementan la
formación de melanina, defensa que tiene el cuerpo para protegerse de
las radiaciones del sol.
Por tanto, según ha asegurado el experto en
estética y cirugía, Moisés Martín Anaya, no se necesita abusar del sol
para conseguir el bronceado que la mayor parte de los ciudadanos desean
obtener durante el verano sino que puede bastar con la ingesta habitual
de estos alimentos. "Si uno quiere broncearse no tiene por qué ser a
través de un baño solar ya que con esta vitamina lo puedes conseguir",
ha recalcado.
Y es que, a pesar de que el sol ofrece beneficios muy
importantes para el organismo porque aporta energía, es antidepresivo,
libera hormonas y da una sensación de bienestar, es también un "gran
enemigo" que puede causar enfermedades "muy graves", como el melanoma,
si no se toman las precauciones necesarias.
Por ello, es importante realizar una buena hidratación para
evitar la sequedad de la piel; usar cremas con factor de protección a
partir de 15, cuidando, especialmente, la cara y el cuello: utilizar
ropa holgada, y evitar las exposiciones al sol entre las 12 y las 17
horas por ser el momento en el que los rayos son "más oblicuos" y la
radiación infrarroja y ultravioleta es mayor.
"Hay que echar la crema 30 minutos antes de la exposición al
sol y luego cada dos o tres horas si no te has bañado o no has realizado
ejercicio físico en el que hayas sudado. En estos casos, hay que
aplicar de nuevo la crema y, además, en el caso de los niños y ancianos
el factor de protección tiene que ser mayor de 15, al igual que el que
se aplica en la cara y en el cuello porque son las zonas en las que la
piel es más débil", ha comentado Martín Anaya.
En este sentido, este experto ha desmentido el "mito" que hay
en la sociedad sobre el hecho de que cuando la piel está bronceada ya se
está protegido ante el sol. "Las personas creen que una vez que se está
moreno ya no hay que protegerse y eso es una falsedad absoluta ya que
la radiación solar en las células produce un efecto acumulativo y,
aunque ya no haya quemaduras, no previene los daños a largo plazo que
ocasionan el sol. Y es que, los rayos dañan las células, el núcleo, y
empiezan a funcionar de una manera anárquica y hace que se incrementen
los cánceres de piel", ha recalcado.
Un reciente estudio asegura además que las personas que han
tenido cinco quemaduras a lo largo de su vida por una exposición solar
han incrementado "el doble" la posibilidad de tener en un futuro un
cáncer de piel. Por ello, Martín Anaya ha instado a las personas que
tienen menos cantidad de melanina en la piel a que acudan a un
especialista en el momento en el que sufran algún tipo de quemaduras y
no se autodiagnostiquen ya que puede ser "muy perjudicial" para su
salud.
"Piel bronceada de joven es un piel envejecida de mayor", ha
afirmado el doctor para recordar también la importancia del sueño a la
hora de tener una piel saludable puesto que es el momento en el que
organismo "repara" todas aquellas pequeñas lesiones que se hayan
formado. "Si no duermes bien, no puedes tener la piel bien", ha
subrayado.
La importancia de seguir estas advertencias y recomendaciones
radica en el hecho de que en las tres últimas décadas se han
multiplicado "por dos" la incidencia de tumores de la piel y de que,
entre las mujeres de 20 y 29 años, se está convirtiendo en el segundo
cáncer más frecuente.
Asimismo, según datos de la Academia Española de Dermatología y
Venereología, la incidencia en España del melanoma aumenta un 7 por
ciento cada año especialmente entre los más jóvenes. No obstante, Martín
Anaya ha asegurado que estas cifras son mayores debido a que las
personas adultas sufren más tipos de enfermedades y que, por tanto, las
estadísticas de los casos de melanoma aumentan entre las personas de 25 y
29 años.
"Afecta a todas las edades, lo que pasa es que hay otras
enfermedades que aumentan estadísticamente con la edad y que van dejando
a un plano menor de importancia el cáncer de piel", ha aseverado. Dicho
esto, ha comentado que en las regiones del sur de España hay un mayor
número de casos con este tipo de cáncer al igual que en las zonas de
mayor altitud. En este sentido, ha recordado que por cada 300 metros de
altitud la amenaza de los rayos solares se incrementa en un "4 por
ciento".
Con todos estos datos, Martín Anaya ha asegurado que "falta
bastante concienciación" por parte de la sociedad de los peligros que
acarrea la exposición al sol y ha destacado la necesidad de que los
expertos incidan "mucho más" en el cuidado de la piel.
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