Llega el verano y como cada año, cuando se
producen altas temperaturas y tras un invierno de pocas lluvias,
aparecen en las playas españolas sobre todo mediterráneas las medusas
que en forma de plagas fondean cerca de la orilla picando a los
bañistas. El remedio para las picaduras de estos organismos de cuerpo
gelatinoso es agua salada para limpiar la herida, aplicar compresas
frías para el dolor y pomada, con antihistamínico o corticoides, para
reducir la inflamación.
Por el contrario, el internista del Hospital San Camilo de
Madrid, el doctor Javier Montero, desmiente que utilizar agua dulce o
orina para limpiar la herida pueda servir para mejorar o reducir el
dolor. Del mismo modo, afirma, está
contraindicado el uso de arena para cubrir o frotar la herida, ya que
"solo se va a conseguir extender la erupción cutánea mucho más, porque
se va a extender el tóxico".
Playas de Murcia, Huelva, Cádiz o Málaga son algunas de las que ya
han sufrido estas plagas y sus consecuencias que "crean alarma social",
pese a ser un problema "general" de todos los veranos. El motivo de su
proliferación en ambientes calidos oceánicos como el mediterráneo, es
debido a circunstancia medioambientales como la escasez de lluvia, que
reduce el agua dulce en las zonas costeras y que tan poco les gusta a
estos celétereos. Asimismo, los vientos y el aumento de los vertidos
tóxicos, que "pueden crear un nutriente especial que favorezca la
alimentación de estas medusas y su proliferación", favorecen su
aparición.
La primera recomendación de este experto es seguir los consejos de
los efectivos de Cruz Roja en las playas, o en su defecto de los
sistemas de vigilancia que activan el protocolo de información a los
usuarios, y que suelen informar de dónde se encuentra los bancos de
medusas.
Una vez que no se ha podido prevenir la picadura de la medusa,
Montero recuerda que "se trata de una incidencia menor", provocada por
una sustancia tóxica que se encuentran en cápsulas en sus tentáculos y
que se inyectan en la piel produciendo una erupción. "El síntoma
fundamental es el dolor y el picor local en la zona que entra en
contacto con el tentáculo", explica.
La mayoría de las picaduras suelen producirse en brazos y piernas,
donde se observa una urticaria que ocasiona una marca como la que
produce un látigo, una erosión con pústulas que "provocan un intenso
picor y dolora nivel local donde se encuentra la picadura".
"Habitualmente los síntomas no van a pasar de ahí", advierte, sin
embargo existe un numero reducido de pacientes que pueden presentar un
'shock' anafiláctico por una reacción alérgica al tóxico de la medusa.
Asimismo, recuerda, tienen que tener especial cuidado los bebés por
tener un sistema inmunológico inmaduro, y las personas mayores, sobre
todo aquellas que presentan patologías de base cardiovascular o están
polimedicados.
Las recomendaciones son: lavar la zona con agua salada mejor que
con agua dulce para evitar que se extienda; la aplicación de compresas
frías para aminorar el dolor y el picor; y si existe algún tentáculo
clavado sacarlo utilizando guantes para evitar que se clave en la
persona que lo esta extrayendo. Para extraerlo el uso del vinagre puede
ser beneficioso porque ayuda a que se desprenda de la piel.
Además, el paciente "mejorará mucho" si durante las primeras 48 ó
72 se hecha una pomada que contengan antihistamínicos y corticoides. La
lesión no dura más de tres días, el dolor intenso entre 30 y 60 minutos,
aunque puede llegar a las 6 ó 7 horas, en este caso el consejo es
acudir a un centro de salud para aplicar de modo sistémico estos
tratamientos ante un posible 'shock' anafiláctico.
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