El melanoma es el tumor cutáneo más extendido
en países desarrollados en gran medida debido al aumento de la
exposición solar por motivos estéticos y de ocio. Actualmente, se
diagnostican unos 160.000 casos al año en todo el mundo, la mayoría
evitables siguiendo unas pautas para evitar el riesgo. Ahora un test
genómico da la posibilidad de conocer el riesgo a padecerlo, con un 95
por ciento de efectividad, y enseña cómo evitarlo.
Si bien se sabe que el exceso de radiación solar puede ser un
factor coadyuvante en su aparición, dermatólogos y oncólogos saben que
su aparición tiene causas multifactoriales, muchas de ellas genéticas.
"Conociendo la vulnerabilidad específica para cada uno de estos
factores podemos determinar un algoritmo matemático que permite dar a
conocer el riesgo que tiene una persona de sufrir en el futuro un cáncer
de piel", destaca el doctor en Medicina y Cirugía, especialista en
Genética Clínica, el doctor José Ignacio Lao.
El riesgo o susceptibilidad para el desarrollo del melanoma es muy
variable ya que depende de la coexistencia de diversos factores
genéticos, fenotípicos y ambientales. Todos son tenidos en cuenta a la
hora de hacer un test genómico, una posibilidad que ya esta al alcance
de la mano gracias a Genomic Genetics, que realiza esta prueba que, al
mismo tiempo, permite diseñar una estrategia de prevención integral sin
esperar a la aparición de las lesiones para apurar un diagnóstico.
Los test genéticos son un paso más allá del tratamiento y
prevención, ya que consiguen realizar una estrategia para "evitar
problemas de salud cuanto antes", señala, quien destaca
su capacidad de acierto con un 95 por ciento de fiabilidad.
"Hasta ahora la medicina preventiva se basaba en detectar los
primeros signos de la enfermedad antes de que dieran síntomas, ahora con
los test genéticos se consigue adelantarse en la prevención, la
genética te pone un paso por delante de la enfermedad, no hay que
esperar a las alteraciones bioquímicas", explica.
"Los resultados tardan en conocerse entre 10 y 15 días, y lo que
da es un porcentaje de riesgo y las medidas específicas", explica.
Conociendo el grado de riesgo a padecer un melanoma se fijan pautas de
prevención dermatológica y establece un plan racional de chequeos
dermatológicos; además de pautas de prevención solar personalizadas y de
protección interna mediante la ingesta de antioxidantes o sustancias
capaces de mejorar la resistencia de la piel frente al melanoma
La supervivencia del melanoma depende directamente de la
precocidad en su detección. Está demostrado que la supervivencia es del
orden del 80 y 90 por ciento si el tumor se detecta y se trata en sus
primeros estadios. Sin embargo, en fases más avanzadas esta
supervivencia cae en torno al 10 por ciento en los 5 años posteriores a
su detección, ya que es un tumor altamente metastásico.
Por eso el seguimiento una vez realizado el test será para toda la
vida. "No sólo se da una información sobre los riesgos, también lo que
se debe hacer, y va acompañado del consejo de un dermatólogo que es el
que dará el tratamiento y seguimiento específico", explica.
Así, se dan las pautas a seguir, además de la protección con crema
solar indicando el factor más adecuado, se tiene en cuenta el perfil de
tolerancia a los tóxicos ambientales, ya que "hay sistemas enzimáticos
de protección que contrarrestan la mayoría de los factores que nos
agreden, se debe tener en cuenta tanto lo que comemos, cómo lo que
respiramos, etc".
Este test está indicado para personas de cualquier edad que
quieran saber su riesgo a padecer melanoma. Además, aquellos con un
riesgo como son: personas de raza caucásica con cabellos y ojos claros y
dificultad para broncearse; con una propensión especial para las
quemaduras solares; que presenten un lunar nuevo, negro o irregular; con
historial de múltiples lunares en la adolescencia; con nevus congénito
gigante; y en las que existen antecedentes familiares de melanoma.
No obstante, aclara Lao, se ha visto que hay personas que podrían
no entrar en estas recomendaciones y que tienen un mayor riesgo a sufrir
un melanoma, ya que la "vulnerabilidad" se debe a un gran número de
factores, como ha recordado anteriormente.
El programa propone una alimentación más saludable, señalando al
paciente aquellos productos que se deben evitar porque "aumentan el
riesgo" y qué tipo de nutrientes debe potenciar "para contribuir a
contrarrestar los efectos negativos que tiene sobre su genoma". Esto
completaría lo que son las recomendaciones aparte de un seguimiento
puramente dermatológico.
Así, señala que se deben evitar las grasas animales que acumulan
la mayoría de los tóxicos sobre todo los productos de la combustión
expuestos en el aire; además, recomienda preparar los alimentos poco
hechos, "menos cocido y menos quemados"; aparte de limitar el consumo de
embutidos.
En caso de pasarse en el consumo de estos productos, afirma que no
hay que preocuparse porque que existan formas de contrarrestarlo,
gracias a "combinaciones de oligoelementos que ayudan en la protección" a
modo de suplementos alimenticios.
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