Investigadores del Instituto de Neurociencias
de Alicante han determinado que el azar es un actor fundamental en el
desarrollo del cerebro, cuando en la etapa en la que se forman los
órganos las neuronas migran desde zonas más internas del encéfalo hacia
la superficie.
El estudio, liderado por Óscar Marín, se ha presentado en el VIII
Congreso de la Federación de Sociedades Europeas de Neurociencias
(FENS), que congrega a 7.000 expertos hasta este miércoles en Barcelona,
y es el primero que apunta a la suerte como factor importante en la
definición del cerebro.
La investigación ha desarrollado modelos computerizados según los
cuales las células cerebrales, durante la embriogénesis en el momento de
la migración, colisionan unas contra otras de forma azarosa, dando
lugar a patrones de colocación que se ordenan al llegar a su destino.
De este modo, en el desarrollo del cerebro influyen multitud de
señales químicas que ordenan qué posición van a ocupar y que función
desempeñarán las células que lo componen, y aunque las neuronas se
distribuyen en matrices ordenadas que forman capas horizontes y columnas
verticales al llegar a su destino, dicha llegada está marcada por
choques previos.
El equipo de Marín asegura, por tanto, que la variabilidad
genética no es la única respuesta que explica la formación de la corteza
cerebral, sino que la "razón primordial" podría ser el azar.
Ello, según los investigadores, explicaría las diferencias en la
agudeza sensorial y la capacidad motora de los individuos de la misma
especie.
"Lo sorprendente es que a partir de estas interacciones azarosas
entra las células en migración surgen siempre distribuciones muy
similares, que no idénticas", ha añadido Marín.
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