Aunque las criticadas
grasas trans suben los niveles del colesterol "malo", no parecen tener
un efecto duradero en los niveles de azúcar en sangre, según un estudio
realizado en EEUU.
Un equipo de investigadores que publica sus hallazgos en el
American Journal of Clinical Nutrition descubrió que tanto el azúcar en
sangre como la insulina, la hormona que controla los niveles de azúcar
en sangre, eran similares independientemente de cuántas grasas trans
consume la gente.
El vínculo entre las grasas trans y los altos niveles de
colesterol está ampliamente aceptado, pero hay una falta de claridad
sobre su efecto en el control de azúcar en sangre, que está relacionado
con la diabetes.
"Aunque las pruebas de estudios de colegas han sugerido que el
consumo de ácido graso trans (TFA, en sus siglas en inglés) puede
asociarse con la resistencia a la insulina y la diabetes, las pruebas al
azar controladas por placebo han ofrecido resultados contradictorios",
señaló el director del estudio, Christos Mantzoros, de la Escuela Médica
de Harvard en Boston.
Las grasas trans, técnicamente conocidas como ácidos grasos
trans, aparecen en productos animales y en aceites vegetales que pasan
por procesos químicos. En respuesta a los estudios que asocian un alto
consumo de esta sustancia a un aumento en el riesgo de problemas
cardiacos, la Administración Estadounidense de Alimentación y Fármacos
ha solicitado que se indique el contenido en grasas trans en etiquetas
nutricionales de los alimentos.
Algunas ciudades y estados del país han prohibido su uso en restaurantes o escuelas.
Montzoros y sus colegas combinaron los resultados de siete experimentos en los que participaron 208 personas.
En cinco de los estudios, el azúcar en sangre, la insulina y los
niveles de colesterol de los participantes se supervisaron durante
varias semanas bajo una dieta rica de grasas trans, y otra vez durante
unas pocas semanas cuando las grasas trans se sustituyeron por otras
grasas, como aceite de palma o soja.
Dos de los estudios compararon a las personas que comían una
dieta que incluía grasas trans con otras que seguían una dieta sin
ellas.
"No se registraron cambios en el azúcar en sangre o en los
niveles de insulina durante la época en la que la gente consumía grasas
trans, en comparación con cuando tomaban otras grasas", señaló el equipo
de Mantzoros.
Sin embargo, los investigadores hallaron que durante las semanas
de consumo de grasas trans, el nivel del colesterol "bueno" bajaba y el
del "malo" subía.
Mark Pereira, un experto en salud pública y nutrición de la
Universidad de Minnesota, en Mineapolis, señaló que los científicos
"Vieron lo que uno esperaría ver" en materia de colesterol, lo que
muestra que los estudios se hicieron buen.
Pereira, que no participó en el estudio, señaló que de todas
formas no es una prueba definitiva de que las grasas trans no pueden
influir en los niveles de azúcar en sangre, si bien la cuestión ha
perdido importancia porque el consumo de esta sustancia en EEUU ha
bajado mucho.
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