sábado, 26 de enero de 2013

Avances en genética y biología molecular cambian el pronóstico de muchos tumores hematológicos

Numerosos hematólogos han analizado este fin de semana en Madrid los últimos avances terapéuticos que se están consiguiendo en el manejo de los tumores hematológicos y han destacado como el conocimiento del genoma y el desarrollo de la biología molecular ha permitido cambiar el pronóstico de muchos de estos tumores.

   "El éxito de la Medicina ha sido haber hecho crónico lo incurable y mortal", ha destacado la presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), Carmen Burgaleta, coordinadora de la X Reunión de Hematología, organizada por esta entidad en colaboración con Roche para abordar las novedades presentadas en el último congreso de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, en sus siglas en ingles) recién celebrado en Estados Unidos.
   En este sentido, ha destacado las mejoras alcanzadas en algunos tumores como la leucemia mieloide crónica (LMC), una enfermedad que antes se sabía que después de cinco años acababa progresando a un estadio más agudo, mientras que ahora se ha conseguido que "hasta el 90 por ciento de los enfermos estén asintomáticos después de 8 a 10 años".
   Esto ha sido posible gracias a los inhibidores de la tirosina quinasa, que logran tasas de respuesta del 90 por ciento y han relegado el trasplante exclusivamente a situaciones muy concretas.
   En otros tumores, como los mielomas, también se han logrado buenos resultados combinando agentes inhibidores de proteosoma e inmunomoduladores con los fármacos utilizados clásicamente, lo que ha permitido incluso duplicar la supervivencia.
   El pronóstico en estos y otros tumores hematológicos, según ha explicado el jefe del Servicio del Hospital General Universitario de Valencia, Félix Carbonell, está "directamente ligado al conocimiento genético y molecular de la enfermedad".
   "Ahora conocemos mejor la fisiopatología, la historia natural de las enfermedades. El mayor conocimiento de sus mecanismos intrínsecos y moleculares nos permite atacar con fármacos que actúan directamente sobre la célula enferma y respetan la sana", ha destacado este experto, que junto a la presidenta de la SEHH han sido los coordinadores de esta reunión de trabajo.
   Esto permite avanzar en el campo de la medicina personalizada y "ajustar los tratamientos a las características individuales de cada paciente".
   Además, ambos expertos han destacado que, junto a la aparición de nuevas moléculas que aporten más eficacia, las nuevas líneas de investigación también se están dirigiendo a buscar nuevas vías de administración (endovenosos u orales) para que los tratamientos que ya han demostrado su eficacia puedan generar menos molestias a los pacientes.
   "Llegan moléculas más eficaces o que atacan nuevos mecanismos. Además, aún tenemos que saber más sobre posibles combinaciones estudiando su dinámica e identificando las pautas más rentables", ha explicado Carbonell.
   La reunión de Madrid también ha dedicado una parte de su programa científico a los avances en los trasplantes y en el manejo de las complicaciones asociadas a esta intervención, que siguen siendo el "único método curativo para algunas enfermedades".
   Esto hace que sea un "campo de investigación constante" para mejorar la obtención de progenitores hemopoyéticos, y disminuir la morbilidad relacionada con el procedimiento, ha señalado la doctora Burgaleta.
   Además, el doctor Carbonell ha destacado los avances conseguidos a la hora de identificar qué pacientes se van a beneficiar más de esta intervención. "En la actualidad manejamos mejor estos casos. La edad de los candidatos ha ido aumentando gradualmente. Hace diez años, los pacientes no superaban los 50-55 años, y ahora nos acercamos a la frontera de 65-70 años. Esto indica lógicamente un mayor conocimiento y un mejor control de las posibles complicaciones".
   En el trasplante de médula ósea, que es preciso en algunos pacientes con leucemia, linfoma o mieloma múltiple, se distinguen dos grandes grupos: el alogénico, con un donante distinto al receptor, y el autólogo con células del propio paciente.
   "Los avances en la inmunomodulación están permitiendo que se pueda aplicar a más enfermos. También el mejor conocimiento de la inmunología y de la dinámica del trasplante hacen posible aplicar técnicas como el minitrasplante, que se lleva a cabo reduciendo la intensidad de dosis y, por tanto, la toxicidad", asegura el doctor Carbonell.

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