Investigadores del Centro Nacional de
Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) español han descubierto dos mutaciones
asociadas a una miocardiopatía hereditaria grave, la miocardiopatía no
compactada del ventrículo izquierdo (LVNC). Su hallazgo, con importantes
implicaciones clínicas, se ha publicado en la revista 'Nature
Medicine'.
En concreto, los autores del trabajo, dirigidos por el coordinador
del Programa de Biología del Desarrollo Cardiovascular, José Luis de la
Pompa, han demostrado que las mutaciones en el gen MIB1 son
responsables de la LVNC hereditaria, una patología severa que afecta a
numerosas familias en todo el mundo.
Se trata de una enfermedad que se manifiesta en un deterioro de la
función contráctil ventricular debido a la presencia en la edad adulta
de trabéculas, unas crestas de músculo cardiaco, recubiertas por
endotelio cardíaco, que, según han explicado los autores, crecen hacia
el interior de los ventrículos durante el desarrollo y forman una malla
compleja similar a la estructura de una esponja.
Los sujetos con esta patología pueden sufrir una insuficiencia
cardiaca grave que necesita un manejo muy cercano y, en los casos más
severos, el trasplante cardiaco es la única opción terapéutica. Además,
incluso los pacientes con una función contráctil relativamente normal
tienen un riesgo elevado de tener arritmias graves --ocasionando muerte
súbita-- e incluso embolias cerebrales.
"Aunque se sospechaba que el origen de este defecto ventricular
estaba en el desarrollo fetal, es la primera vez que demuestra de forma
tangible en un modelo experimental", ha señalado De la Pompa, quien ha
aclarado que ya se habían identificado otros genes asociados a la
enfermedad, capaces de codificar proteínas estructurales del músculo
cardíaco.
"Esta es la primera vez que se identifican mutaciones en un gen
que codifica una proteína requerida para la correcta activación de una
vía de señalización, en concreto la vía de NOTCH", ha recalcado.
Asimismo, este hallazgo tiene grandes implicaciones clínicas dado
que podrá ser incorporado en la batería de análisis genéticos en
pacientes con miocardiopatía no compactada e incluso en pacientes con
afectaciones ventriculares inciertas. No obstante, el grupo investigador
continúa esta línea de trabajo y está estudiando el pronóstico de los
pacientes con LVNC secundaria a esta mutación en relación a otras
mutaciones.
"El problema es que no existe un tratamiento para esta enfermedad,
más allá de un estilo de vida reposado, el implante de desfibriladores
automáticos para tratar las arritmias malignas y, en ocasiones, la
administración de anticoagulantes para prevenir las embolias cerebrales,
acompañado de una monitorización por parte de los especialistas", ha
añadido el experto del CNIC.
Este trabajo liderado por De la Pompa ha sido fruto de una
colaboración multidisciplinar "muy estrecha" que ha contado con la
participación muy activa de cardiólogos especialistas de miocardiopatías
de diferentes hospitales en España (Murcia, La Coruña, Madrid) El grupo
investigador ha conseguido de esta manera reunir una de las series más
amplias de pacientes con esta patología en el mundo.
"Nuestro siguiente paso está siendo desarrollar células
pluripotentes inducidas de estos pacientes para estudiar su capacidad de
diferenciación en cardiomiocitos. Esperamos sacar más información de
este experimento", ha zanjado De la Pompa.
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