La obesidad puede conducir a una falta de
vitamina D circulante en el cuerpo, según un estudio dirigido por el
Instituto de Salud Infantil del 'University College of London' (Reino
Unido). Los esfuerzos para hacer frente a la obesidad por lo tanto
debería también ayudar a reducir los niveles de deficiencia de vitamina D
en la población, aconseja la investigadora principal, la doctora Elina
Hypponen.
Mientras que investigaciones anteriores han relacionado la
deficiencia de vitamina D con la obesidad, este documento, publicado en
la revista 'Plos Medicine', buscó establecer la dirección de la
causalidad, es decir, si la falta de vitamina D provoca un aumento de
peso o si es la obesidad la que lleva a la deficiencia.
Este estudio, en el que participaron hasta 42.000 personas,
confirmó la asociación entre la vitamina D y el índime de masa corporal
(IMC), también con el uso de datos de otro consorcio genético con más de
123.000 participantes. Los investigadores encontraron que un 10 por
ciento del aumento en el IMC se relacionó con una caída del 4 por ciento
en concentraciones de vitamina D en el cuerpo.
En general, los resultados sugieren que un IMC mayor conduce a
niveles más bajos de vitamina D disponibles en el cuerpo, mientras que
el efecto de la falta de vitamina D en el IMC parece ser muy pequeño. La
asociación entre la obesidad y el estado de la vitamina D que se
encontró fue consistente entre los géneros, siendo evidente tanto en
hombres como en mujeres, y en los grupos de edad más jóvenes y mayores.
La vitamina D, que es esencial para la salud de los huesos, así
como otras funciones, se genera en la piel después de la exposición a la
luz solar, pero también se puede adquirir a través de la dieta y los
suplementos. Mientras que los experimentos en ratas han sugerido que
altas dosis de vitamina D2 pueden aumentar la cantidad de energía que
queman, ensayos que evaluaron el efecto de los suplementos de vitamina D
en la pérdida de peso en personas obesas o con sobrepeso no mostraron
resultados consistentes.
También se ha planteado que la obesidad podría resultar de una
respuesta adaptativa excesiva al invierno y que la disminución en la
síntesis de vitamina D de la piel por una menor exposición a la luz
solar contribuye a la tendencia a ganar peso durante estaciones más
frías. Sin embargo, la vitamina D se almacena en el tejido graso y, por
tanto, la explicación más probable para la asociación encontrada en este
estudio es que la mayor capacidad de almacenamiento de la vitamina D en
personas con obesidad conduce a menores concentraciones circulantes de
vitamina D, según los autores.
En general, los resultados señalan que aunque aumentos de vitamina
D no son susceptibles de contribuir a la regulación del peso, un mayor
riesgo de deficiencia de vitamina D podría contribuir a los efectos
adversos para la salud asociados con la obesidad.
La doctora Elina Hypponen concluye: "La deficiencia de vitamina D
es un problema de salud activo en todo el mundo .Si bien muchos mensajes
de salud se han centrado en la falta de exposición al sol o el uso
excesivo de cremas solares, no debemos olvidar que la deficiencia de
vitamina D también es causada por la obesidad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario