De entre las enfermedades autoinmunes, las esclerosis
son de las que menos sabemos a día de hoy. Las hay realmente traumáticas
y devastadoras, como la ELA (que nos trae a todos a la mente
inmediatamente la figura del físico Stephen Hawking), y
otras menos invalidantes como la esclerosis múltiple (EM) que pese a
que provocan movilidad reducida e incluso invalidez en los casos más
extremos, provocan la muerte del paciente en casos excepcionales (menos
del 10% de los afectados).
Sea como sea, hasta la fecha conocíamos los efectos que provocaba la
esclerosis, pero los doctores no contaban con armas verdaderamente
efectivas en su arsenal para combatirlas. Al menos hasta ahora, cuando
un nuevo trabajo de investigación en medicina realizado en la Universidad Northwestern (Evaston, Illinois, EE.UU.) nos hace albergar grandes esperanzas.
El trabajo está relacionado con un ensayo clínico en fase 1 del
primer tratamiento que intenta restablecer el sistema inmune de
pacientes aquejados de esclerosis múltiple y las noticias son
excelentes. Según puedo leer, el ensayo acaba de demostrar que el
tratamiento es seguro y que de hecho redujo drásticamente (entre un 50 y
un 75 por ciento) la reactividad del sistema inmune de los pacientes a
la mielina.
En otras palabras, el tratamiento probado en ensayo logró que las
defensas del cuerpo no reaccionasen en contra de la mielina, por lo que
podemos decir que se logró restablecer de forma segura el sistema
inmunológico de los pacientes, reduciendo de este modo los ataques que
este lanzaba erróneamente contra su "enemigo ficticio", la proteína
mielina.
Esto es verdaderamente un gran avance, porque lo que caracteriza a la
EM es precisamente ese fallo del sistema inmunológico, que ataca y
destruye (por error) a la mielina, que no es ninguna amenaza, sino todo
lo contrario. La mielina es la capa aislante que se forma alrededor de los nervios en la médula espinal, el cerebro y el nervio óptico. Cuando se destruye este aislamiento, las señales eléctricas no pueden circular con eficacia, dando lugar a síntomas que van desde un leve adormecimiento de las extremidades hasta la parálisis o ceguera.
"La terapia detiene las respuestas autoinmunes que ya están activadas
y previene la activación de nuevas células autoinmunes", comentó Stephen Miller,
Profesor de Investigación de Microbiología e Inmunología en la Escuela
de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. "Nuestro enfoque
deja intacta la función del sistema inmune normal. Esto es el santo grial ".
El veterano investigador Miller, es co-autor del artículo que recoge
los logros del estudio, y que fue publicado el 5 de junio en la revista Science Translational Medicine.
El estudio es una colaboración entre la Escuela Feinberg de la
Universidad Northwestern, el Hospital Universitario de Zúrich en Suiza y
el Centro Médico Eppendorf, de la Universidad de Hamburgo en Alemania.
Este ensayo con humanos es la culminación de más de 30 años de
investigación preclínica realizada en el laboratorio de Miller.
En el ensayo, se utilizaron los propios glóbulos de los pacientes
de MS, especialmente procesados para entregar furtivamente miles de
millones de antígenos de mielina en sus cuerpos, para que de este modo
su sistema inmunológico los reconociera como inofensivos y desarrollara
tolerancia a los mismos.
Las terapias actuales de la EM presentan efectos colaterales muy
graves, ya que suprimen todo el sistema inmunitario, haciendo que los
pacientes sean más susceptibles de padecer infecciones cada día, e
incrementando su riesgo de padecer cáncer.
A pesar de que la muestra de nueve pacientes participantes en la
prueba (que fueron tratados en Hamburgo, Alemania) es demasiado baja
como para determinar estadísticamente la capacidad del tratamiento para
prevenir la progresión de la esclerosis múltiple, el estudio mostró que
los pacientes que recibieron las dosis más alta de glóbulos blancos
tuvieron la mayor reducción en la reactividad contra la mielina.
El objetivo principal del estudio era demostrar la seguridad del
tratamiento y su tolerancia por parte de los pacientes. Se probó que la
inyección intravenosa de hasta 3.000 millones de células blancas
de la sangre con antígenos de la mielina, no causó efectos adversos en
los pacientes con EM. Y aún más importante, no reactivó la enfermedad en
los pacientes y no afectó a la salud del sistema inmune contra
patógenos reales.
Como parte del estudio, los investigadores evaluaron la inmunidad de
los pacientes contra el tétanos, ya que todos habían recibido vacunas
contra el tétanos durante su vida. Un mes después del tratamiento, su
respuesta inmune al tétanos se mantuvo fuerte, lo que demuestra que el
efecto inmunológico del tratamiento es específico sólo para la mielina.
El estudio de seguridad humana prepara el escenario para un ensayo en fase 2 para
ver si el nuevo tratamiento puede prevenir la progresión de la
esclerosis múltiple en seres humanos. Los científicos están tratando de
recaudar 1,5 millones de dólares para poner en marcha el proceso, que ya
ha sido aprobado en Suiza. La investigación preclínica realizada por
Miller demostró que el tratamiento detuvo la progresión de la EM
recurrente-remitente en ratones.
"En el estudio en fase 2 queremos tratar la enfermedad en los
pacientes tan pronto como sea posible, antes de que tengan parálisis
debido a los daños en la mielina", dijo Miller. "Una vez que la mielina
se destruye, es difícil de reparar."
En el ensayo, los glóbulos blancos de los pacientes se filtraron y procesaron de forma especial para acoplarles antígenos de la mielina
mediante un complejo proceso de fabricación desarrollado por los
co-autores del estudio: Roland Martin, Mireia Sospedra y Andreas
Lutterotti y su equipo del Centro Médico Eppendorf de la Universidad de
Hamburgo. Tras esto, miles de millones de estas células secretas de la
muerte, que portaban los antígenos de la mielina, fueron inyectadas por
vía intravenosa a los pacientes. Las células entraron en el bazo, que
filtra la sangre y ayuda al cuerpo a deshacerse de las células
envejecidas y moribundas. Durante este proceso, las células inmunes
comienzan a reconocer a la mielina como inofensiva, y rápidamente se
desarrolla una tolerancia inmune. Este punto quedó confirmado en los
pacientes mediante ensayos inmunológicos desarrollados y llevados a cabo
por el equipo de investigación en Hamburgo.
Esta terapia, pese a que requiere de más pruebas, puede ser útil para el tratamiento no sólo de MS, sino también de una serie de otras enfermedades autoinmunes y alérgicas,
cambiando simplemente los antígenos que van unidos a las células
sanguíneas. Investigaciones preclínicas publicadas anteriormente por
Miller demostraron la eficacia de la terapia en diabetes tipo 1 y en
alergias de las vías respiratorias (asma) y alergias al cacahuete.
La investigación de Miller representa a varios pilares del Plan
Estratégico de la Universidad Northwestern: descubrir nuevas formas de
tratar la enfermedad mediante ciencias biomédicas y traducir esos
descubrimientos en ideas y productos que hagan que el mundo sea un lugar
mejor para todos.
Esta investigación fue posible gracias a la financiación del
Ministerio Federal Alemán de Educación e Investigación y de la Fundación
Cumming.
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