Científicos de la Universidad Estatal de San Diego (SDSU),
en California, dirigidos por el biólogo Jeremy Barr, han descubierto
que las mucosidades acogen, o son morada, de todo un potente sistema inmunológico del que hasta ahora no teníamos noticia.
Para explicar como funciona primero tengo que hablaros de unas
minúsculas criaturitas que pululan por el mundo, bien sea el suelo o el
agua de mar, donde son especialmente numerosas a las que llaman bacteriófagos, o simplemente fagos.
Estos microbios son virus especializados en atacar a bacterias (de
hecho su propio nombre lo indica, bacteriófago = "que come bacterias").
No hace falta que os explique lo que ciertas peligrosas bacterias puden
hacer si se cuelan en nuestro organismo, pensad por ejemplo en la Escherichia coli, cuyas cepas especialmente virulentas provocan diarreas hemorrágicas.
Pues bien, los bacteriófagos como os decía abundan en el exterior, y
en muchas ocasiones se adhieren a nuestras mucosidades, en las que
establecen su hogar. Para ello, crean enlaces con azúcares en las capas
superiores de la mucosidad, formando así en conjunto una especie de biopelícula
en la que los fagos son la primera línea de defensa. Así que como
vemos, una vez en el interior de un humano (o animal), los fagos se
portan bien con su huésped, uniéndose a la "resistencia" contra las
bacterias, a las que atacan por su cuenta y riesgo.
Para comprobar la efectividad de esta relación simbiótica entre fagos
y humanos (la primera de la que tenemos constancia) los cientificos
"provocaron" a los fagos adheridos a tejido productor de mucosidad en
ratones, humanos y anémonas de mar, poniendo a esta barrera
antimicrobiana en contacto con bacterias E. coli.
El resultado, en comparación con el grupo de control compuesto por
células no productoras de mucosidad + fagos, fue muy significativo. Las
muestras de células "no mocosas" morían tres veces más que las productoras de mucosidad. Está claro que los fagos y las células productoras de moco forman un gran equipo.
Tan sorprendente es el hallazgo, que los científicos afirman que esta Adherencia Bacteriófaga a la Mucosidad
(o BAM por sus siglas en inglés) es todo un nuevo modelo de inmunidad
que enfatiza el importante papel que los fagos juegan en la protección
corporal contra la invasión de patógenos.
En palabras del investigador Barr: "Ya imaginamos al BAM influyendo
en la prevención y tratamiento de las infecciones de mucosas vistas en
el intestino y los pulmones. Creemos que el hallazgo podrá dar lugar a
terapias con bacteriófagos y que incluso se podrá interactuar
directamente con el sistema inmune humano".
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