Investigadores españoles expertos en
Alzheimer han dado un paso más cerca de encontrar una prueba de sangre
para ayudar en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, al
encontrar pistas de unos péptidos vinculados a esta patología en la
sangre, según los resultados de un estudio publicados en 'Journal of
Alzheimer's Disease'.
Con aproximadamente el 75 por ciento de los cerca de 36 millones
de enfermos de Alzheimer en todo el mundo sin recibir todavía un
diagnóstico fiable, el posible impacto en las vidas de las víctimas
presentes y futuras, podría ser enorme.
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que
afecta con más frecuencia a los ancianos y cuyo síntoma más comúnmente
asociado es una pérdida progresiva de la memoria en la etapa en la que
el paciente es completamente dependiente de los cuidadores para sus
necesidades diarias.
Hay una gran cantidad de investigación que apoya la teoría de que
un grupo de péptidos llamados beta-amiloide, que se encuentran de forma
natural en el cuerpo, son los principales contribuyentes de esta
patología. A través de un proceso, hasta ahora poco claro para la
ciencia, hay una acumulación de estos péptidos en el cerebro que durante
un periodo de años causa problemas de memoria y otros síntomas
asociados con la enfermedad.
El profesor Manuel Sarasa, fundador de la compañía de
investigación española Araclon Biotech, y su equipo han estado
perfeccionando los análisis de sangre "ABtest40" y "ABtest42" para medir
cantidades muy pequeñas de estos péptidos en la sangre.
"El estudio ha demostrado que nuestras pruebas para beta-amiloide
en sangre encuentran un alto grado de asociación entre los niveles de
péptido y de la enfermedad cuando se comparan personas sanas e
individuos con deterioro cognitivo leve", explica este exprto.
"Mediante la medición de tres niveles diferentes en la sangre,
libres en el plasma, con destino a los componentes del plasma y unidos a
las células de sangre, de dos de los péptidos más importantes,
beta-amiloide 40 y beta-amiloide 42, en comparación con las proporciones
de los niveles con los métodos diagnósticos establecidos, hemos sido
capaces de mostrar constantemente una relación entre los niveles de
beta-amiloide y la enfermedad", dice.
"Esto significa que se está más cerca de tener un biomarcador
fiable y mínimamente invasivo para la enfermedad de Alzheimer", celebra
el profesor Sarasa.
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