lunes, 23 de junio de 2014

Una terapia española contra la leucemia

MADRID.- El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ya tiene una nueva diana terapéutica. Un nuevo camino para intentar atajar algunas neoplasias mieloproliferativas, enfermedades provocadas porque la médula ósea produce demasiados glóbulos blancos. 

En el caso del CNIC, sus objetivos son la leucemia mielomonocítica crónica, la leucemia mielomonocítica juvenil y la leucemia mielógena crónica atípica. ¿Cómo? Gracias a la investigación del grupo de Fisiopatología del nicho de células madre dirigido por el doctor Simón Méndez-Ferrer, que ha descubierto que el microambiente que controla las células madre hematopoyéticas puede ser una diana terapéutica para estas enfermedades.
El descubrimiento del CNIC, publicado ayer en Nature, demuestra que estas leucemias solo se manifiestan tras producirse un daño en el microambiente que sustenta y controla a las células troncales productoras de las células sanguíneas y del sistema inmunitario, es decir, las llamadas células madre hematopoyéticas. Por lo tanto, proteger este microambiente o 'nicho' supondría una nueva vía para tratar estas enfermedades, para las que hasta ahora no existe un tratamiento totalmente efectivo. «En condiciones normales, el microambiente es capaz de controlar la proliferación, diferenciación y migración de la célula madre hematopoyética. Cuando esta célula sufre una mutación determinada, se produce un daño inflamatorio en el microambiente y se pierde el control sobre ella. El estudio demuestra que este daño puede prevenirse o revertirse mediante tratamientos dirigidos sobre el nicho», explicó Méndez-Ferrer.
Los investigadores que han impulsado este proyecto también demostraron la eficacia de un potencial tratamiento novedoso para estas enfermedades, que ha sido patentado desde el CNIC. Se trata de un nuevo uso de fármacos clínicamente aprobados para el tratamiento de otras enfermedades, por lo que, según los autores, «no debería estar asociado con efectos secundarios adversos».
La nueva vía terapéutica ha sido probada en animales y se ha obtenido la financiación necesaria para realizar un ensayo clínico multicéntrico en fase II. «Es muy relevante el potencial traslacional y clínico de este estudio, ya que los actuales tratamientos están dirigidos a prevenir la trombosis y los episodios cardiovasculares fatales», destaca la doctora Lorena Arranz, primera autora del trabajo.

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