MADRID.- El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ya
tiene una nueva diana terapéutica. Un nuevo camino para intentar
atajar algunas neoplasias mieloproliferativas, enfermedades provocadas
porque la médula ósea produce demasiados glóbulos blancos.
En el caso
del CNIC, sus objetivos son la leucemia mielomonocítica crónica, la
leucemia mielomonocítica juvenil y la leucemia mielógena crónica
atípica. ¿Cómo? Gracias a la investigación del grupo de Fisiopatología
del nicho de células madre dirigido por el doctor Simón Méndez-Ferrer,
que ha descubierto que el microambiente que controla las células madre
hematopoyéticas puede ser una diana terapéutica para estas enfermedades.
El descubrimiento del CNIC, publicado ayer en Nature, demuestra que
estas leucemias solo se manifiestan tras producirse un daño en el
microambiente que sustenta y controla a las células troncales
productoras de las células sanguíneas y del sistema inmunitario, es
decir, las llamadas células madre hematopoyéticas. Por lo tanto,
proteger este microambiente o 'nicho' supondría una nueva vía para
tratar estas enfermedades, para las que hasta ahora no existe un
tratamiento totalmente efectivo. «En condiciones normales, el
microambiente es capaz de controlar la proliferación, diferenciación y
migración de la célula madre hematopoyética. Cuando esta célula sufre
una mutación determinada, se produce un daño inflamatorio en el
microambiente y se pierde el control sobre ella. El estudio demuestra
que este daño puede prevenirse o revertirse mediante tratamientos
dirigidos sobre el nicho», explicó Méndez-Ferrer.
Los investigadores que han impulsado este proyecto también
demostraron la eficacia de un potencial tratamiento novedoso para estas
enfermedades, que ha sido patentado desde el CNIC. Se trata de un nuevo
uso de fármacos clínicamente aprobados para el tratamiento de otras
enfermedades, por lo que, según los autores, «no debería estar asociado
con efectos secundarios adversos».
La nueva vía terapéutica ha sido probada en animales y se ha obtenido
la financiación necesaria para realizar un ensayo clínico multicéntrico
en fase II. «Es muy relevante el potencial traslacional y clínico de
este estudio, ya que los actuales tratamientos están dirigidos a
prevenir la trombosis y los episodios cardiovasculares fatales», destaca
la doctora Lorena Arranz, primera autora del trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario