BOSTON.- Un sorprendente estudio pone de relieve la importancia de un sentido a
veces poco apreciado, con respecto a otros, como es el olfato. Un grupo
de especialistas estadounidenses, presidido por Jayant Pinto, han
llegado a la conclusión de que la pérdida del sentido del olfato no es causa de muerte como tal, pero predice un probable fallecimiento con mayor precisión que un diagnóstico de cáncer, insuficiencia cardíaca o enfermedad pulmonar.
Este
grupo de investigadores defiende que dejar de sentir olores predice la
muerte en cinco años, y es que el sentido del olfato sirve de referente
para el estado general del cuerpo o como marcador de la exposición a
toxinas ambientales.
Estos científicos llegaron a tal conclusión al investigar a unos 3.000 voluntarios de entre 57 y 85 años de edad, según detallan en un artículo publicado en la revista PLOS ONE.
Entre los años 2005 y 2006 los médicos sometieron a los participantes a una simple prueba. Tenían que identificar cinco olores: rosa, cuero, pescado, naranja y menta. El número errores en la identificación sirvió a los investigadores de marcador para determinar la pérdida del olfato.
Estos científicos llegaron a tal conclusión al investigar a unos 3.000 voluntarios de entre 57 y 85 años de edad, según detallan en un artículo publicado en la revista PLOS ONE.
Entre los años 2005 y 2006 los médicos sometieron a los participantes a una simple prueba. Tenían que identificar cinco olores: rosa, cuero, pescado, naranja y menta. El número errores en la identificación sirvió a los investigadores de marcador para determinar la pérdida del olfato.
Cinco
años después, los mismos investigadores intentaron encontrar al máximo
número de voluntarios que tomaron parte de la prueba un lustro antes
para volver a someterles a un análisis olfativo similar. La sorpresa
vino cuando certificaron que 430 de los voluntarios originales habían
muerto. Del total de participantes, un 39% había fallado el primer
experimento, un 19% había mostrado una pérdida moderada del olfato y
solo un 10% había pasado la prueba satisfactoriamente.
Los
investigadores determinaron que aquellos voluntarios que fallaron en la
primera prueba tenían una probabilidad cuatro veces más alta de morir en
los cinco años posteriores que aquellos que habían identificado los
cinco olores bien. La tendencia siguió siendo la misma cuando los
científicos tomaron en consideración los factores que suelen influir en
el olfato: raza, sexo, salud mental y nivel socioeconómico.
Los médicos estadounidenses han formulado incluso una explicación científica a sus conclusiones. Según deducen, la nariz puede pronosticar eficazmente la muerte debido a que la punta del nervio olfativo no solo contiene los receptores del olor sino también es la única parte del sistema nervioso humano continuamente regenerada por las células madre.
La aparición de las nuevas células se reduce con la edad,
lo que desemboca en la disminución gradual de la capacidad de percibir e
identificar olores. Una disfunción olfativa indica que el cuerpo está
entrando en un estado de deterioro y ya no es capaz de repararse a sí
mismo.
Cabe remarcar que los investigadores no han examinado las
causas exactas de la muerte de sus voluntarios y tampoco han
pronosticado si la gente joven mostraría los mismos resultados si se les
sometiera a las mismas pruebas.
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