sábado, 5 de marzo de 2011

Una medida genital, clave para la fertilidad masculina

Cuando se trata de fertilidad masculina, parece que el tamaño sí importa. La dimensión en cuestión no es del pene o de los testículos, sino una medida conocida como distancia anogenital (AGD por sus siglas en inglés).
Los hombres con una distancia menor al promedio (alrededor de 52 milímetros) tienen siete veces más probabilidades de ser poco fértiles que aquellos con una AGD mayor, de acuerdo a un estudio publicado el viernes en la revista Environmental Health Perspectives.
La distancia, la medida desde el ano hasta la parte inferior del escroto, está asociada con la fertilidad masculina, incluyendo el volumen del semen y la cantidad de esperma, según el equipo. Cuanto menor la AGD, mayor probabilidad de tener un baja cantidad de esperma.
Esto ofrece la perspectiva de un test relativamente sencillo de controlar para los hombres, dijo la coautora del estudio Shanna Swan, del Centro Médico de la Universidad de Rochester.
"No es complicado y cualquiera puede hacerlo, y no es sensible al tipo de cosas que afectan la cantidad de esperma, como el estrés, la presencia de un resfriado o si hace demasiado calor", explicó Swan en una entrevista telefónica.
"Si alguien tiene una AGD corta, sobre todo si tiene problemas para concebir, le diría que acuda al médico especialista en fertilidad, debido a que hay mucha probabilidad de que haya algún problema", agregó.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores midieron a 126 hombres nacidos a partir de 1988, una muestra pequeña pero estadísticamente significativa, dijo Swan. El estudio no evaluó qué podría causar que ciertos hombres tengan una corta distancia anogenital.
Pero otras investigaciones previas, publicadas en 2005 y 2008, consideraron una posible relación entre las madres que estuvieron expuestas a químicos llamados ftalatos durante el embarazo y la AGD de sus bebés y niños varones.
Los ftalatos son un grupo de químicos usados en productos industriales y de cuidado personal, como fragancias, jabones, plásticos, pinturas y algunos pesticidas.
En estos estudios previos, los científicos rastrearon la presencia de ftalatos en la orina de las mujeres embarazadas. Y hallaron que las que tenían altos niveles de los químicos durante la gestación daban a luz a niños que eran 10 veces más propensos a tener mediciones de AGD más cortas de lo esperado.
Swan, que también fue coautora de esas investigaciones, dijo que las pruebas mostraban una correlación entre la exposición prenatal a los ftalatos y una distancia anogenital más corta.

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