El 69% de los pacientes que padecen depresión sólo comunica síntomas somáticos, como dolor de espalda, mareos o malestar gástrico. Unos males que pueden enmascarar cuadros de depresión o de ansiedad crónica y que despistan a los profesionales sanitarios, retrasando y empeorando el diagnóstico correcto. De hecho, estos síntomas físicos se asocian a una mayor severidad del trastorno depresivo.
Así, la pérdida del interés sexual, fatiga, palpitaciones, que el dolor varíe de una visita a otra, que ningún tratamiento analgésico funcione, así como que cualquier molestia o sensación de cansancio y desánimo dure más de dos semanas, son algunos de los indicios que deben hacer sospechar al médico de que su origen no es orgánico, sino posiblemente una depresión.
Ante estos síntomas, el paciente suele acudir a su médico de Atención Primaria (AP), "puerta de entrada al sistema sanitario", por lo que el papel de este profesional se convierte en "fundamental" a la hora de detectar los casos de depresión enmascarada. "La presencia conjunta de ansiedad, depresión y síntomas somáticos es casi más la norma que la excepción", ha subrayado el médico psiquiatra del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, el doctor Luis Caballero, y asesor en la especialidad de esta guía.
Por todo ello, la Organización Médica Colegial de España (OMCE), el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y Lilly han presentado este jueves la 'I Guía de Buena Práctica Clínica en depresión y ansiedad con síntomas somáticos', una publicación cuyo objetivo es ayudar a los profesionales de AP a reconocer los síntomas somáticos y mejorar así su diagnóstico.
Se trata, según ha explicado el tesorero del consejo general de Colegios Oficiales de Médicos de España, el doctor José María Rodríguez, de un "instrumento práctico" que marca un protocolo de actuación ante un paciente con depresión, con los que "se pretende mejorar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, disminuyendo el número de consultas entre AP y atención especializada".
Por su parte, la gerente de investigación clínica de Lilly, la doctora Inmaculada Gilaberte, ha indicado que este trastorno afecta "básicamente" a mujeres. "Una de cada cuatro féminas tendrá depresión a lo largo de su vida", ha matizado. Así, ha aludido a razones biológicas y psicológicas para explicar esta prevalencia, "que es dos veces superior en la mujer que en el hombre".
Asimismo, ha explicado que esta doble incidencia se da, sobre todo, "en pacientes entre los 18 y los 40 años, en la época fértil, algo que se asocia a las hormonas femeninas". Por su parte, el doctor Caballero ha apuntado que sigue habiendo estigma asociado a las enfermedades mentales y ha lamentado que los elementos culturales "actúen también como barrera en la identificación" de este trastorno.
En cuanto a cifras, los expertos han apuntado que hasta un 10 por ciento de los pacientes que acuden por primera vez a consultas de AP pueden tener un trastorno depresivo, aunque entre un 30 y un 40 por ciento no son diagnosticados. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es actualmente la cuarta enfermedad en importancia causante de discapacidad en el mundo.
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