El correcto diagnóstico y tratamiento de la sobrecarga de hierro constituye un factor pronóstico de mortalidad en los pacientes con enfermedades hematológicas que requieren transfusiones sanguíneas periódicas, según se desprende de las conclusiones de la jornada 'Actualizaciones en Eritropatología y Sobrecarga Férrica', organizada en Madrid con la colaboración de Novartis.
Según explica la doctora Ana Villegas, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, una de las coordinadoras de la reunión, la sobrecarga de hierro se produce porque con cada transfusión el organismo recibe hierro, una sustancia imprescindible pero que se convierte en tóxica cuando su concentración es elevada.
Diversos estudios han mostrado que las consecuencias clínicas de la sobrecarga de hierro en adultos con dependencia transfusional regular pueden aparecer antes de los cuatro años, y después de haber recibido 20 o más transfusiones se comienza a observar toxicidad en varios órganos, fundamentalmente hígado, corazón y órganos endocrinos.
Como explica la doctora Beatriz Arrizabalaga, médico adjunto del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital de Cruces de Bilbao, "el hierro no ligado a transferrina libera gran cantidad de radicales libres que producen disfunción y muerte celular. Concretamente, por cada bolsa que se trasfunde, el paciente recibe 200-250 mgs de hierro.
"Por ello", continúa la doctora, "es necesario controlar los niveles de ferritina con el fin de conocer si existe la sobrecarga de hierro", y de tratar con un fármaco quelante a aquellos pacientes con niveles de ferritina sérica superior a 1.000 nanogramo por mililitro (ng/ml).
En la actualidad, el tratamiento farmacológico eficaz para eliminar el exceso de hierro en las anemias transfusionales es el tratamiento quelante, que se une al hierro y ayuda a eliminarlo a través de la orina o de las heces.
En este sentido, añade la doctora Ana Villegas, de la Universidad Complutense de Madrid, "la duración del tratamiento quelante está en función de los requerimientos transfusionales, de la gravedad de la sobrecarga y de la eficacia del quelante, aunque en general esta terapia tiene que ser a largo plazo".
Además de la determinación de la ferritina sérica en el organismo, la resonancia magnética también un buen parámetro para medir los depósitos de ferritina en el organismo cuando no existe inflamación concomintante, ya que aumenta o disminuye de manera similar al almacenamiento de hierro.
"La misma es una técnica no invasiva que determina con buena correlación la concentración de ferritina en el hígado y también nos da una medida indirecta del nivel de ferritina en el corazón, datos con los que se establece una dosis aún más ajustada del fármaco quelante", concluye la doctora Arrizabalaga.
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